El viernes 31 de agosto, a las 16 horas, en la Sala de Conferencias de la Facultad de Ciencias de la Educación, el recientemente galardonado Premio Nacional de Educación 2007, Ernesto Schiefelbein Fuenzalida, fue investido con la medalla Universidad de Playa Ancha, por su importante contribución al desarrollo innovador de la educación chilena y latinoamericana y su permanente actividad de investigación científica en las Ciencias de la Educación.
En su dilatada trayectoria destaca haber sido Director de la Oficina Regional de UNESCO para América Latina y el Caribe (1993-1996) y Ministro de Educación de Chile en el año 1994. Además, desde una mirada más local, Schiefelbein se desempeña como académico de programas de postgrado que imparte la Facultad de Ciencias de la Educación de la UPLA, entidad que a través de su Decano apoyó la postulación de quien es hoy el flamante nuevo Premio Nacional de Educación 2007.
Ernesto Schiefelbein, de trato siempre afable y cordial, se dio tiempo para exponer algunas observaciones acerca del proceso educativo nacional y de las inevitables comparaciones con otras experiencias educativas exitosas impulsadas en Latinoamérica.
¿En qué etapa o condición de avance están los procesos innovadores en el sistema educativo nacional?
Veo que el sistema de educación de Chile se asimila al proceso que vive un niño cuando está aprendiendo a leer en primer año. Entonces, los profesores se esfuerzan en que reconozcan palabras, sílabas, vayan construyendo aunque no avancen mucho. Sin embargo, repentinamente en agosto o septiembre comienzan a leer pues se acumuló en ellos una cantidad muy grande de aprendizajes que en algún momento unieron, enlazaron. Creo que el sistema de educación en el país ha vivido lo mismo: tiene buenas instalaciones, los niños tienen tiempo para aprender, los profesores tienen niveles de salarios relativamente buenos y una formación buena. Falta ajustar un poco esa formación y también publicar textos mejores, pues en general son malitos.
A partir del interés en el tema educativo dado por el fenómeno de los “pingüinos” y por la discusión que se da hoy en el Congreso se pueden hacer cosas simples. Por ejemplo, ubicar a los mejores profesores en el primer grado y lograr un tremendo avance en educación en la medida en que lo discutamos en serio.
¿Cómo compara nuestra realidad con otras de Latinoamérica?
Hay experiencias maravillosas. Por ejemplo, la escuela nueva de Colombia tiene resultados que hacen que los niños del sector rural tengan mejores índices que los provenientes del mundo urbano. Conocemos modelos que han funcionado: la escuela acelerada en Brasil, los instructores comunitarios en México. Chile, que ahora discute en serio el tema de la educación, tiene que ver e investigar todas esas experiencias, pues no puede tratar de improvisar con cosas nuevas, no puede hacer cosas como las del año 96 cuando contra toda la investigación en el mundo se pasó de un curriculum fonológico a uno de palabras completas. Eso fue un retroceso reparado el 2003. Sin embargo, evidenció que no se estaba usando toda la información disponible. Mi impresión es que en esta discusión debe existir la voluntad de usar todo el conocimiento que está al alcance de la mano.
¿La universidad está cumpliendo ese fundamental papel formador en los nuevos profesionales de la educación?
Se está investigando y tomando conciencia de los problemas para entrar en la etapa de realizar y poner en práctica nuevas modalidades de enseñanza. Los profesores, en este programa, empiezan a grabar clases, empiezan a criticarlas junto a sus alumnos, es decir, empiezan a poner en práctica las cosas que se dicen que hay que hacer. De este modo, creo estamos en un momento muy interesante en que ponemos en conjunto, relacionando las cosas que se han ido acumulando en el tiempo.
Día de la elección
Por decisión unánime, el jurado que presidió la Ministra de Educación, Yasna Provoste Campillay, designó el lunes 20 de agosto como Premio Nacional de Educación 2007 al ex ministro de Educación y Doctorado en Educación, Ernesto Schiefelbein Fuenzalida.
Junto con felicitar al galardonado, la Ministra Provoste dijo que el jurado basó su decisión en «su importante contribución al desarrollo innovador de la educación chilena y latinoamericana y por su permanente actividad de investigación científica en las Ciencias de la Educación».
El jurado fue presidido por la Ministra de Educación, Yasna Provoste Campillay, lo integraron además Víctor Pérez Vera, Rector de la Universidad de Chile; Héctor Fernando Gutiérrez Muñoz, último galardonado; Patricio Sanhueza Vivanco, Rector Universidad de Playa Ancha; Juan Iglesias Díaz, Rector Universidad de Atacama.
Como premio, recibirá el monto de 14 millones de pesos por una sola vez, y una pensión vitalicia equivalente a 20 UTM (que supera los 600 mil pesos mensuales), que percibirá a contar de enero del 2008, además de un diploma que lo acredita como el Premio Nacional de Educación 2007.