En las carreras de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Playa Ancha es habitual ver estudiantes que tras realizar sus prácticas profesionales en empresas, fábricas o instituciones siguen trabajando en ellas en paralelo con la elaboración de su trabajo de titulación. Algunos sucumben ante la presión y el cansancio, otros siguen adelante, pese a todo, porque de su título depende su contratación.

Fue el caso de la ingeniera civil industrial, Roxana Olave Soto, quien realizó dos prácticas extendidas en una importante fábrica de cereales infantiles en Graneros, su ciudad natal, y adicionalmente fue invitada a participar en distintas iniciativas que le permitieron elaborar su proyecto de título tendiente a promover la “Disminución de sobredosificación en línea de envase fábrica de cereales infantiles Nestlé, Graneros, Chile”.

Esa experiencia laboral le abrió insospechadas oportunidades, pese a que no pudo ser contratada en la filial de Graneros porque no tenía su certificado de título. Sin embargo, desde la oficina central de Santiago la llamaron para comentarle que se abría un concurso en Maipú para contratar a un Ingeniero en Procesos, a lo que accedió, pasó todas las etapas y fue seleccionada en el cargo.

Un 5 de julio comenzó su trabajo en Santiago, y una nueva rutina de vida. A sus 32 años viaja todos los días desde Graneros a la capital utilizando distintos medios de transporte para llegar a Maipú.

– ¿Qué siente al sentir el reconocimiento a su trabajo por parte de sus empleadores tanto de Graneros como de Santiago?

– Me hizo sentir que estaba haciendo las cosas bien, que aunque tuviese que seguir viajando, amo mi trabajo y me alegra que lo valoren. También me dio orgullo ser de la UPLA.

– ¿Por qué?

– Porque hay muchos titulados de la Universidad Técnica Federico Santa María, de la Pontificia Universidad Católica y de la Chile, entonces que me valoren así, me hace dar las gracias de haber estudiado en la UPLA, pues es una universidad que entrega valor, no sólo conocimiento, sino que valor humano, valor de responsabilidad y de constancia.

De eso sé, pues trabajé y estudié toda mi carrera. Tuve que congelar dos veces, pero volví porque era lo que quería y porque las veces que congelé fue porque mi cuerpo lo necesitaba. Siempre he sido independiente, cero apoyo de mis padres cuando estudié, entonces trabajaba para vivir y estudiar y a veces eso me pasó la cuenta, pero como “mono porfiado” me levantaba para seguir y me da gusto haberlo logrado.

– ¿Qué la lleva a volver a la carrera de Ingeniería Civil Industrial tras las dos veces que tuvo que congelar?

– Primero, mi meta, cuando entré dije “voy a terminar cueste lo que cueste”, y segundo porque no me quería ir, pero era necesario, mi cuerpo estuvo a punto de colapsar la primera vez y tuve que aprender a soltar y solucionar temas pendientes para poder seguir más ligera.

La segunda vez que congelé fue porque me dí cuenta que estaba cansada y que no podía dejar de trabajar porque sino no estudiaba ni vivía, fue un descanso pese a que aproveché de tener dos trabajos para volver sin tanta preocupación económica. Pero respondiendo la pregunta, mi objetivo era lograrlo y por lo demás me gustaba demasiado aprender y tener profesores que me desafiaban a ir por más, como Edgardo Seballos, Ximena Espinoza. En mi primer año, Camilo Silva fue un gran mentor.

Volví a aprender lo que tanto me apasionaba y en algún porcentaje me permitió también mostrarle a los demás que se puede sola o solo, es más difícil, pero ¡se puede!

– En su experiencia laboral ¿Cuánto le ha servido lo aprendido en la UPLA? ¿Cómo evalúa su proceso formativo?

– Me ha servido mucho, desde el trabajar con distintas áreas y poder entender el lenguaje de cada uno transformándolo en uno universal, por ejemplo en Graneros en mi práctica desarrollé el primer “Dossier de mantenimiento”, el que implicaba consolidar información de las áreas técnica, de proyectos, de terceros, de calidad, de seguridad y de procesos con el objeto de organizar las labores para que ningún trabajo afectase al del otro.

Eso lo pude lograr gracias a la comunicación con distintos roles y lo asocio a las franjas, yo tomé las dos en distintas Facultades, donde uno aprende a compartir y desarrollarse con otras áreas distintas a la Ingeniería.

En los procesos industriales pude visibilizar todo lo aprendido en “Organización Industrial” y “Producción I y II”, conocimientos fundamentales para desempeñar mi actual cargo de Ingeniero de Procesos de Fabricación en Cereal Partners Worldwide (CPW S.A.), Nestlé Chile.

– ¿Cuál es su función y cómo se proyecta en la empresa?

– Trabajo con el equipo de fabricación e ingenieros de sistema en mejora continua y proyectos, que nos lleven a la reducción de pérdidas y en mejorar los indicadores de fábrica. Un desafío importante y entretenido, lleno de aprendizajes.

En el corto y mediano plazo, me proyecto logrando los objetivos de la fábrica, como los de performance. Me gustaría que me dieran el pase para seguir creciendo y tomar nuevos desafíos en un nuevo cargo, quizás en otro país u otra ciudad, no me limito, pero no me apuro.

– Fue su perseverancia y la carrera de Ingeniería Civil Industrial que le abrieron estas puertas en lo laboral. En ese sentido, ¿qué le diría a la persona que esté interesado/a en estudiar esta disciplina?

– Que es una carrera de ensueño, puedes desempeñarte en el área que gustes, desde la gestión a los fierros (máquinas), es una carrera íntegra que al principio puede ser difícil sobre todo si vienen de escuelas municipales, pero no imposible. Lo importante es tener metas claras y enamorarse del conocimiento que lleva estudiar esta carrera que navega por tantos universos, desde los más humanos hasta los más fríos que puede llegar a ser los números.

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