Una seria advertencia formuló el investigador del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha, Manuel Contreras, quien sostuvo que existen riesgos en la infraestructura de la zona costera de la región de Valparaíso que no han sido asumidos por la planificación territorial.

El experto dijo que el tsunami de 2010 demostró que este tipo de fenómenos sigue siendo una tarea pendiente para nuestro país, pues si bien estamos muy preparados para soportar eventos sísmicos de alto grado, no ocurre lo mismo con un tsunami de pequeña categoría.

“La ingeniería y la planificación que utilizamos para ocupar la zona costera no considera los riesgos que provienen del mar, como los tsunamis, marejadas y alzas del nivel del mar por el cambio climático”, afirmó.

FACTOR RIESGO

A su juicio, el tsunami de 2010 fue una alerta para revisar nuestra posición frente al mar, lo que debería reflejarse en los planes reguladores comunales y en los de desarrollo comunal. “He revisado este tipo de documentos en la región, y puedo afirmar fehacientemente que en las comunas costeras no hay nada considerado respecto a los riesgos del mar. Lo poco que existe es escueto y muchas veces erróneo”, aseguró Manuel Contreras, quien calificó como preocupante que el factor de riesgo no esté considerado en la planificación de una comuna.

Según el especialista, hay escuelas, hospitales y servicios de seguridad (carabineros y bomberos) en zonas de inundación, cuya logística para evacuación es muy compleja. En su opinión, con un tsunami categoría 3 ó 4 se generarían graves problemas, pese a que reconoció que era difícil determinar el comportamiento de uno de ellos.
Aclaró que esto dependerá del lugar en que se originan, del tipo de movimiento sísmico que lo origina y de la causa por la cual se producen.

Destacó que además de los sismos, existen diversas fuentes de generación de tsunamis como deslizamientos, meteoritos, volcanes submarinos e incluso la lava de un volcán costero que ingrese al mar. “En Chile, cada ocho años sufrimos un tsunami, que no necesariamente es destructivo, pero que sí puede generar una onda sísmica solamente perceptible por los instrumentos. En promedio sufrimos un tsunami destructivo cada 50 años. Por eso urge estar preparados”, subrayó.

MEDIDAS DE MITIGACIÓN

Si bien nuestra infraestructura costera resiste bien los sismos, el investigador de la UPLA afirma que los principales riesgos que se generan afectan a las personas cuando éstas se ven atrapadas en un tsunami, ya que la riada que se forma normalmente arrastra escombros, basura, ramas, metales y vidrios, por lo que sugiere subir a la parte alta de un edificio.

En cuanto a las escuelas, hospitales, policía y bomberos ubicadas en la zona costera, dijo que se deben tomar medidas de mitigación y apartarlas de ese sector. Además, se debe determinar que las futuras construcciones incorporen el riesgo de socavón, y que se evalúe lo que pasaría con el alza del nivel del mar a causa del cambio climático, pues las cotas de inundación necesariamente van a cambiar.

“Los mapas de inundación que se elaboran en la zona sirven para planificar los ensayos de evacuación y para generar medidas de contingencia, pero para los temas de cómo planificamos la ciudad, no estamos haciendo gestión urbana para prevenir los efectos de los tsunamis”, dijo el experto, quien aseguró que nadie ha podido afirmar que las medidas de contingencia que genera la comuna de Valparaíso sean compatibles con las de Viña del Mar.

Precisó que hay zonas de la región que son extremadamente sensibles como Quintero – Puchuncaví que, más allá de su situación ambiental, presenta un nudo industrial importante, que no cuenta con un plan de mitigación y contingencia.

“En síntesis, se requiere una mesa de trabajo donde estén presentes todas las disciplinas: sociólogos, administradores públicos, prevencionistas, para abordar en conjunto la gestión costera ante riesgos. De esta forma no solo se podría abordar el emplazamiento, sino también la forma de potenciar nuestra zona costera”, precisó Contreras.

Éste y otros temas se abordarán el viernes 22 de junio, a las 15.30 horas, en el tercer coloquio que organiza el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad de Playa Ancha, ubicado en Traslaviña 488 de Viña del Mar.

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