“El oficio transforma la vida de las personas y de sus familias”

María Luisa tiene 57 años. Es dueña de casa y tiene 3 hijos. Por su vecina se enteró que el OTEC UPLA imparte cursos gratuitos. Por lo tanto, decidió inscribirse y, tras concluir la capacitación, las oportunidades laborales se ampliaron. Pero eso no es todo, ahora no solo tiene mejores oportunidades de encontrar trabajo, sino también, una mejor autoestima.

El psicólogo clínico, José Miguel Vásquez, quien lleva más de cuatro años trabajando en los programas Más Capaz del OTEC UPLA, explica que normalmente éste es el efecto que genera en las personas ingresar a estudiar, especialmente cuando se trata de personas en situación de vulnerabilidad.

La oportunidad la da la Universidad de Playa Ancha, a través de este organismo técnico, el cual cuenta con diversas líneas de capacitación, una de las cuales corresponde al Programa Más Capaz, con oficios con continuidad de estudios.

El profesional advierte que gracias a estos cursos, particularmente aquellos que están vinculados a estudios técnicos en la misma universidad, se facilita el ingreso al campo laboral de ciertos grupos etarios que están con mayor dificultad para hacerlo. Se trata de mujeres de entre 18 y 64 años, y jóvenes de 18 a 29, que cuentan con el registro social de hogares vigentes (ex ficha de protección). Este documento –advierte el psicólogo-, es el primer filtro para quienes están entre el 40 y 60% de la población con mayor vulnerabilidad.

“Como el programa de SENCE establece que no pueden tener más de seis cotizaciones en el último año, en general, quienes se benefician son personas que están cesantes o con trabajos muy esporádicos. Por lo tanto, tienen la necesidad de insertarse laboralmente”, explica José Miguel Vásquez.

Un pilar

-¿Qué significa para las personas contar con la posibilidad de estudiar y seguir un oficio?

“Lo visualizan como un pilar para poder presentarse al mundo laboral. Es el primer soporte de quienes ingresan al mercado laboral, ya no como una persona n/n, sino como alguien que tiene un conocimiento, una competencia y una habilidad”.

-¿Cómo asumen este desafío?

“Primero, decir que llegan motivadas por lo que significa, porque se les explica los alcances de los cursos, especialmente aquellos que tienen continuidad de estudios en la universidad. Si bien no todos los cursos de Sence tienen esta característica, cuando se inscriben en uno que sí da la opción de pasar del oficio a la carrera técnica, sienten una tremenda motivación. Les produce mucha alegría. Debemos considerar, además, que vienen de realidades bien complejas”.

-¿Podría precisar esas realidades?

“Ya decía que son realidades complejas. Es como la vida de gran parte de los chilenos, que tiene que ver, en el caso de la mujer, con una mirada en desmedro. Entonces, aquí ellas logran entender que son sujetos de derecho, que tienen las mismas posibilidades que nosotros los hombres, que son capaces (si ellas se entrenan), de alcanzar sus objetivos. Eso influye directamente en el autoestima, y si la autoestima está fortalecida, entonces se vuelven sujetos más productivos. Además, una autoestima fortalecida les permite creer que son capaz de hacer cosas, y las hacen”.

-¿Ha podido comparar cómo evolucionan las personas desde el momento que ingresan a estudiar un oficio y qué ocurre con ellas cuando el curso termina?

“Hay una gran diferencia, pues, más allá de los conocimientos técnicos, se genera una capacidad de redescubrirse, de identificar sus competencias y habilidades. Entonces, ya no solo se transforman en personas más productivas para el campo laboral, sino también son mejores personas para sí mismas y para sus familias y para sus entornos más cercanos”.

Se genera un cambio

-¿Cuál es el impacto que genera en sus familias?

“Es importante, porque los hijos ven a una mamá estudiando, que lee, entonces es un ejemplo claro para que ellos también se esfuercen y logren esas competencias y hábitos de estudios. Pero junto con eso, ven a una mamá más independiente, más empoderada, más optimista y con más tolerancia a la frustración. Junto con eso, desarrollan más paciencia frente a las demandas de los niños. Sin duda, se genera en ellas una transformación importante”.

-¿Y en lo personal?

“Comienzan a mirarse de otra manera. Lo hacen de una forma más amable. Se van descubriendo, porque ellas están invisibilizadas y, a través de estos cursos, logran visibilizarse en diversos aspectos: como mujeres, como estudiantes, como profesionales…., por lo tanto, el resultado no puede ser otro que el desarrollo personal de ellas”.

-Más allá de los aspectos técnicos, ¿qué otros aspectos se desarrollan al momento de ingresar a estudiar al OTEC UPLA?

“La responsabilidad, la perseverancia y la capacidad de adaptación. Este último es un concepto muy importante, porque adaptarse al contexto, implica aceptar y respetar a distintos tipos de personas, caracteres, historias con las que se encuentran. Sin duda, las personas que tienen una mayor capacidad de adaptación, logran mejores resultados y una mayor la tolerancia a la frustración. Esto último se da en aquellas personas que reconocen sus errores, pero que a la vez son capaces de aprender de ellos. Ya no hay miedo a equivocarse, porque entienden que el error puede transformarse en una instancia de aprendizaje importante”.

-¿Entonces el OTEC UPLA no solo entrega conocimientos técnicos, sino que también prepara para la vida?

“Aquí se entrega una formación integral. Esto se relaciona con aquellas asignaturas que llamamos ‘transversales’, que considera distintos ámbitos que logran unificarse. Entonces, los alumnos reciben esta formación transversal, que a la base tiene el modelo por competencias. Entonces, cuando las personas logran darse cuenta que tienen competencias, aún con poco bagaje técnico, pueden hacer la comparación de cuántas competencias y habilidades pueden alcanzar, si adquieren una mayor preparación técnica. En otras palabras, no es solo entregar un conocimiento para que la persona sepa desenvolverse como un buen trabajador, sino también para que pueda en el fondo aprender a ser más y mejor persona”.

-En este sentido, el OTEC UPLA cumple entonces con la misión de la universidad…

“Así es. Hay una responsabilidad social en marcha. Además, el OTEC UPLA trabaja con mucha disciplina. El equipo está muy afiatado, lo que demuestra que hay un piso sólido. Además, tiene el sello de la universidad pública y estatal, por lo tanto, se traduce en una mejor calidad de enseñanza. Todo esto me permite afirmar que tal como dice la directora, Verónica Espinoza, el OTEC UPLA, a través de todos sus programas, transforma la vida de las personas”.

-Hay quienes podrían percibirlo como un asistencialismo…

“No, porque las personas se dan cuenta de que ellas pueden generar sus propios cambios. Eso es lo que permite su transformación y las de sus familias”.

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