En 2014, un estudiante de la Universidad de Playa Ancha del campus San Felipe, sintió la necesidad de vincularse con su comunidad y formar parte de un desafío que contribuyera a generar una educación de calidad que otorgara más oportunidades para los jóvenes del Valle del Aconcagua.

Ante ello, golpeó diversas puertas hasta llegar a la Dirección General de Desarrollo Estudiantil donde se acogió la idea y se permitió hacer realidad su sueño de crear un Preuniversitario Gratuito que beneficiara a alumnos de tercero y cuarto medio, y a quienes habiendo culminado su enseñanza media se estuvieran preparando para entrar a la Universidad.

Teniendo este apoyo, Cristóbal Achú (ahora ingeniero informático) se reunió con Karin Reyes (actual profesora de Educación Básica) para elaborar el proyecto mientras cursaban sus carreras, el que fue aprobado por el director general de Desarrollo Estudiantil, Gregorio Silva Díaz, y la directora en San Felipe de la unidad, Karina Gómez Zuloaga.

La primera versión del preuniversitario se realizó entre mayo y noviembre del 2014 con escasos recursos, 25 cupos y el apoyo de estudiantes de la UPLA para poder dictar clases. Gabriela Rosas se encargó de Lenguaje, Cristian González de Matemáticas y Javier Marín de Historia.

Como se ha ido manteniendo en el tiempo, en el 2018 se aumentó el cupo a 40 personas, actualmente se efectúa entre abril y noviembre y se lleva a cabo en la UPLA, donde se dictan dos períodos por asignatura a la semana (equivalentes a tres horas cronológicas).

El preuniversitario no hace distinción, ha acogido jóvenes de establecimientos privados, subvencionados y municipales por considerar que la educación un derecho y no un bien de consumo, y este año se dedicó al profesor Abraham Muñoz, ex académico de la UPLA quien los inspiró para crear esta oportunidad, ya que él realizaba clases gratuitas a quienes lo necesitaran.

“El sello de que sea gratuito responde a lo que a uno le enseñan en esta Universidad, porque aquí se pone énfasis en lo social, sobre todo desde la DGDE, y otro aspecto importante de recalcar es que tratamos de generar cercanía con los alumnos a través de distintas acciones que nos han permitido vincularnos un poco más allá”, aseveró Cristobal Achú.

Entre las autoridades de la Universidad y aquellos que componen el equipo de trabajo, se concuerda con que el 2018 se transformó en el año de la consolidación del Preuniversitario Abraham Muñoz y “eso se logró por varias razones, por ejemplo: uno de los principales problemas que nos afectan es el tema de la deserción y gracias al financiamiento que tenemos desde la DGDE, contratamos un servicio informático que nos permite hacer un control y seguimiento constante de las asistencia de los alumnos y de los resultados académicos”, explicó Achú.

Este año los jóvenes tuvieron 140 inscripciones en 20 horas y aunque la convocatoria está cerrada, aún les llegan correos exponiendo el interés por asistir, existe un gran número de personas en lista de espera e incluso se acercan a la Universidad a consultar.

Cabe destacar que quienes encabezan la iniciativa no permiten la suspensión de clases, todas empiezan a la hora, las salas siempre están disponibles y los profesores presentan una planificación, características que lo transforman en una alternativa que compite con un preuniversitario pagado.

Como surgió la necesidad de ampliarlo para poder darle la posibilidad a más personas, Karin Reyes, coordinadora, aseguró que: “Estamos buscando crear vínculos con municipios de la zona porque necesitamos recurso humano y material. Estamos enormemente agradecidos de lo que ha hecho la Universidad, pero también entendemos que hay otros organismos que podrían contribuir porque estamos aportando al desarrollo de la zona”.

Cinco años de labor

En relación a los que han sido estos cinco años de trabajo, Cristobal Achú, destacó que “mucha gente se acerca a dar las gracias y eso es súper gratificante, porque uno ve está aportando a la sociedad. Incluso no lo siento como un trabajo, sino como algo que me gusta hacer, que me motiva totalmente y me encanta, y en ese sentido agradezco a la DGDE por confiar en nosotros cuando esto era sólo una idea”.

Al respecto, Karina Gómez, directora de Desarrollo Estudiantil de la UPLA en San Felipe, aseveró que “ver crecer a tus ex alumnos es satisfactorio, ver cómo se formaron y cómo mantienen el sello de la Universidad que tiene relación con el valor, la entrega y el compromiso con las familias más vulnerables. Además, aquellos que vienen a estudiar se dan cuenta de que esto es una alternativa real, de que tienen la posibilidad de llegar a la Universidad y de ser profesionales”.

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