La importancia de la actividad física regular para el bienestar, el crecimiento y desarrollo saludables de los seres humanos está establecida desde hace mucho tiempo, y el aumento de la actividad física ha sido durante mucho tiempo objetivo de políticas e intervenciones en todo el mundo. Pero para que las personas aumenten el tiempo dedicado a la actividad física, se requiere una clara compensación: este tiempo adicional de actividad física tiene que provenir del tiempo dedicado a otras actividades durante el día, el comportamiento sedentario o el sueño.
Los investigadores han incluido cada vez más el comportamiento sedentario en el análisis de la actividad física, muchas veces intentando desentrañar los posibles efectos individuales de cada uno en un resultado determinado. Sin embargo, a menudo se pasa por alto el sueño, un componente esencial de la salud y el único otro comportamiento de movimiento posible.
En ese contexto, el académico de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de Playa Ancha y director del Observatorio de Ciencias de la Actividad Física, OCAF, Dr. Tomás Reyes Amigo, expuso resultados de dos investigaciones en el Human Biology of Movement Conference, organizada por The Society for the Study of Human Biology (SSHB`s).
El evento se realizó en la Facultad del Deporte de la Universidad de Porto, Portugal y contó con la participación de investigadores de nivel mundial, que discutieron respecto de las últimas investigaciones y las direcciones futuras sobre los comportamientos del movimiento de 24 horas.
El Dr. Reyes dio cuenta de resultados del estudio que realizó junto a investigadores de la Universidad Andrés Bello y Universidad de Las Américas, titulado “Eficacia de los juegos de alta intensidad frente a los de intensidad moderada sobre la aptitud cardiorrespiratoria en niños”.
Lo anterior, debido a que varios estudios han informado mejoras significativas en la función cardiorrespiratoria en niños, con ejercicio de alta intensidad. “Sin embargo, la mayoría de los protocolos de investigación se centran en ciclismo y carrera. Estos protocolos no son aplicables para efectos prácticos en niños”, sostuvo el académico UPLA.
El objetivo del trabajo fue evaluar el efecto de una intervención de 11 semanas utilizando protocolos de juegos de dos intensidades diferentes (juegos de alta intensidad y juegos de intensidad moderada) en la función cardiorrespiratoria en niños.
Los resultados demostraron que un programa de juegos de alta intensidad de 11 semanas, aplicado durante las clases de educación física, es más eficaz que los de intensidad moderada en la mejora de la aptitud cardiorrespiratoria en niños.
Más movimiento, mejor aprendizaje
Igualmente, el director del OCAF, presentó resultados de un segundo estudio efectuado con investigadores UPLA y de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, titulado “Efecto de un programa de descansos activos “Activa-Mente” sobre el nivel de actividad física y el comportamiento en tareas académicas en escolares”.
La inactividad física, explicó, es una característica prevalente en la infancia. “Dado que los niños pasan una cantidad significativa de tiempo en la escuela, este entorno proporciona un contexto ideal para promover la actividad física. En este sentido, una tendencia emergente y actual son los descansos activos en la escuela”, sostuvo.
El trabajo evaluó el efecto del programa “Activa-Mente”, sobre la salud física, el nivel de actividad física, la capacidad aeróbica y la memoria de trabajo en escolares.
“El programa “Activa-Mente” demostró una mejora significativa tanto en actividad física leve como en capacidad aeróbica en el grupo experimental, en contraste con el grupo control. Sin embargo, no produjo efectos significativos en la memoria trabajo. Estos hallazgos sugieren que el programa podría ser una alternativa viable para su implementación en un entorno escolar, en lo que respecta al nivel de actividad física y la capacidad aeróbica.