Moisés Jáuregui: “Todos tenemos el potencial de superar los esquemas sociales y las limitaciones autoimpuestas”

Moisés Jáuregui: El gitano que conquistó la educación y transformó su destinoLa vida de Moisés Jáuregui Sevich es un relato inspirador que desafía todo prejuicio. Nacido en el seno de una comunidad gitana, su infancia transcurrió en carpas y en la precariedad de los constantes traslados en camioneta. En un entorno donde la educación formal no era la norma, Moisés soñaba con estudiar, un anhelo que creció al observar la cultura chilena y las oportunidades que le abrió su ingreso al Instituto Tecnológico de la Universidad de Playa Ancha (ITEC).

Lo que pocos imaginaban es que aquel niño que creció en condiciones de vulnerabilidad, se convertiría en un profesional, obtendría el grado de magíster, escribiría un libro, se transformaría en profesor universitario y luego sería fundador de una organización para ayudar a su comunidad y a quienes carecen de atención dental.

Su historia es un testimonio de resiliencia y la poderosa influencia de una mano amiga. Un encuentro fortuito en Casablanca con Aurora Araya, una mujer que se convirtió en su “segunda madre”, marcó un punto de inflexión crucial. Ella no solo lo acogió, sino que también convenció a su familia de permitirle estudiar. A los 13 años, Moisés se enfrentó al desafío de la alfabetización y al bullying, pero su determinación y el apoyo recibido le permitieron nivelarse académicamente en tiempo récord. Hoy, a sus 40 años, su trayectoria es un faro de esperanza que demuestra que los orígenes no definen el futuro. Hablamos del gitano que conquistó la educación y transformó su destino,

Motivación

-Moisés, tu historia es realmente impactante. Creciste en un contexto muy diferente al académico ¿Qué te impulsó a buscar la educación?

“Desde chico sentí una profunda curiosidad por aprender. Ver a los niños chilenos ir a la escuela, escuchar las clases desde afuera cuando acampábamos cerca de un colegio, despertó en mí un deseo enorme de saber qué se sentía estar en una sala de clases Aunque en mi comunidad no era común estudiar, esa inquietud nunca desapareció en mí”.

-Un momento clave en tu vida fue conocer a Aurora Araya ¿Cómo influyó ella en tu camino?

“Aurora fue un ángel en mi vida. Cuando nuestra camioneta se echó a perder en Casablanca, salí a pedir monedas y la conocí. Ella se conmovió y me ofreció mucho más que una moneda: me brindó su amistad y su apoyo incondicional. Fue quien convenció a mi familia de que me dejaran estudiar y me acogió en su casa. Sin ella, probablemente mi historia sería muy distinta. Le debo mi alfabetización y el inicio de mi camino educativo”.

-Pasaste de no saber leer ni escribir a obtener múltiples títulos y un magíster. ¿Cómo fue ese proceso de adaptación y superación de obstáculos?

“No fue fácil. A los 13 años enfrentarme a un sistema educativo completamente nuevo, sin las bases, y además sufriendo bullying, fue un gran desafío. Tuve que esforzarme el doble para nivelarme. En seis años hice lo que otros hacen en doce. Pero mi deseo de aprender y la convicción de que podía lograrlo fueron más fuertes que cualquier obstáculo. Cada objetivo, desde aprender a leer hasta terminar una carrera, fue una motivación para seguir adelante”.

Rol del ITEC UPLA

-¿Cómo iniciaste entonces tu proceso de estudios superiores?

“Entré a trabajar a la UPLA, en San Felipe, como auxiliar paramédico en Odontología. Mi jornada era de 08:00 a 17:00 horas. Entonces decidí inscribirme en la carrera Técnico en Prevención de Riesgos con mención en Seguridad Minera, que dictaba el entonces Instituto Tecnológico Ignacio Domeyko (hoy OTEC UPLA). Ahí empecé a estudiar. Esa carrera me encantó y me motivó mucho a seguir estudiando. Fui el primero de mi promoción. Recuerdo que el apoyo de los profesores, el ambiente, el compromiso, el sello de la UPLA, fue muy inspirador”.

Moisés y su familia, junto a Karen Doggenweiler, durante una entrevista en TV.

-Entonces, nuestra Universidad fue muy relevante en tu vida…

“Sí, tanto en lo profesional como en lo personal, porque llegué ahí soltero. Conocí a una mujer hermosa, una cirujana dentista maravillosa. Su nombre es Jeniffer González, la madre de mis tres hijos. Lo mejor es que ella no tuvo ningún prejuicio al momento de saber que yo era gitano. Vio el potencial que había en mí”.

-¿Y qué vino después?

“Luego saqué la ingeniería en Prevención de Riesgos, cuatro diplomados y realicé un magíster en Gestión en Atención Primaria en Salud. Fui ayudante y luego profesor en el ITEC. Soy docente de la Facultas de Odontología de la Universidad de Valparaíso. Actualmente, tengo mi propia clínica dental en Casablanca, con mi esposa. La creamos, precisamente, para poder ayudar a la comunidad gitana en la parte médico dental”.

-Mencionas la fundación de carácter social ¿Qué te motivó a dar este paso?

“La discriminación que viví, tanto por ser gitano como por mi origen humilde, me hizo consciente de las barreras que enfrentan muchas personas. Junto a mi esposa, Jennifer, creamos la Fundación Jáuregui con el objetivo de brindar acceso a salud dental a la comunidad gitana y a quienes no tienen los recursos. Queremos ser un puente para que otros también puedan superar sus dificultades y tener oportunidades”.

Libro inspirador

Además de tu labor social, también incursionaste en la escritura. ¿De qué trata tu libro “Tú Puedes”?

“”Tú Puedes” es un libro de autoayuda donde comparto mi experiencia y cómo enfrenté diversas dificultades en la vida. A través de pequeñas historias, busco transmitir la importancia de la actitud, la perseverancia, el liderazgo y la amistad para alcanzar nuestros objetivos. Creo firmemente que todos tenemos el potencial de superar los esquemas sociales y las limitaciones autoimpuestas”.

-Moisés, tu historia es un poderoso mensaje de esperanza. ¿Qué le dirías a aquellas personas que sienten que sus circunstancias les impiden alcanzar sus metas?

“Las limitaciones más grandes las ponemos nosotros mismos. Que no hay edad ni condición que impida aprender y crecer. Que las oportunidades a veces no llegan, hay que buscarlas. Que la actitud con la que enfrentamos la vida es fundamental para definir nuestro futuro. Los invito a creer en su potencial, a ser constantes y a nunca rendirse. Si yo pude, viniendo de donde vengo, cualquiera puede alcanzar sus sueños con determinación y el apoyo adecuado.

La vida de Moisés Jáuregui es un faro que ilumina el camino de aquellos que creen que sus orígenes los marcará para siempre. Su historia nos recuerda que la voluntad, el esfuerzo y una mano amiga pueden derribar las barreras más difíciles. Su trayectoria, desde las carpas hasta la universidad y la acción social, es un testimonio elocuente de que las metas se alcanzan cuando el deseo de superación es más fuerte que cualquier adversidad.

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