Diplomacia científica democrática y horizontal

En momentos en que muchos jóvenes proyectan su futuro profesional, a punto de iniciar alguna de las carreras que ofrecen las Instituciones de Educación Superior (IES), y otros, ya titulados, consideran la necesidad de seguir perfeccionándose a través de la creciente oferta de programas de posgrado, resulta de especial importancia conversar sobre la internacionalización de las universidades.

De tal relevancia es el tema, que el Consejo de Rectoras y Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) solicitó el pasado año a su Comisión de Internacionalización actualizar los resultados de los estudios nacionales publicados en 2015 y 2021, en diálogo con estudios similares realizados en otros países, para comparar el estado actual de la internacionalización como una variable compleja, que se desplaza en el pluriverso de las misiones y visiones institucionales, sus planes estratégicos, modelos educativos, políticas sectoriales y, muy particularmente, en la internacionalización del currículum.

Aun cuando se espera que la actualización de sus resultados inspire un horizonte más claro para definir posibles indicadores de calidad en los procesos de acreditación de las IES, lo cierto es que el posicionamiento y prestigio internacional de nuestras instituciones constituye un tema abierto a la reflexión crítica y la subjetividad. En especial, frente a las contradicciones entre los modelos mercantilistas y los que se inspiran en la cooperación solidaria.

Es un hecho objetivo que las ciencias, las tecnologías, la creación y la innovación están cada día más determinadas por los procesos de mundialización, la interdependencia de los asuntos y conflictos internacionales, las consecuencias del cambio climático, las crisis hidrosociales y la pérdida de  biodiversidad de los ecosistemas; así como por los procesos de globalización económica, cultural y tecnológica; la movilidad de las fuentes laborales y los procesos de migración, que se expanden a un ritmo acelerado, fruto del impredecible y multipolar escenario en que se desenvuelven las relaciones internacionales.

En ese contexto, la experiencia de la Universidad de Playa Ancha, a partir de su recientemente aprobada política de internacionalización, viene a ratificar como pilar fundamental de su quehacer la cooperación solidaria bilateral y multilateral, basada en los principios de una diplomacia científica democrática y horizontal, respetuosa de los derechos humanos, la interculturalidad, el plurilingüismo y los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).

Desde ese lugar, nuestra comunidad universitaria, sus académicos y académicas, estudiantes de pregrado y postgrado pueden gozar de una experiencia internacional, gracias a becas de movilidad e intercambio con las instituciones de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM). También nuestros profesionales de la administración pueden perfeccionar sus competencias en diversas áreas, gracias a los cursos virtuales impartidos por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), entre otros acuerdos de cooperación que tenemos suscritos. Y, en todos los casos, la experiencia es la misma: investirse como embajadores del conocimiento y la cultura de esta ciudad universitaria, patrimonio de la humanidad.

 

Carlos González Morales
Rector Universidad de Playa Ancha

 

Fuente: opinión publicada en El Mercurio de Valparaíso, sábado 22 de febrero de 2025 (acceso para suscriptores).

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