José Santana en 2024 cursó el tercer año de la carrera de Psicología en nuestra Universidad y, desde ahí, comenzó una inquietud que se concretó en apoyo a la comunidad de Valparaíso. A través de Trabajos Voluntarios demostró su compromiso con el territorio, dirigido específicamente a sanear una quebrada en el cerro El Litre y, más recientemente, la Quebrada Los Lúcumos, de Playa Ancha.
Junto a una “mesa de trabajo”, como él la denomina, compuesta por Paula Olivares, de la carrera de Geografía, Jhon Pugas de Pedagogía en Educación Diferencial, y María Paz Cárdenas y María Jesús Ramírez, ambas de la carrera de Terapia Ocupacional, han dado una nueva vida a los territorios, contribuyendo a materializar parte de los sueños de estas comunidades.
Con la iniciativa y participación de la Vocalía de los Trabajos Voluntarios de la Federación de Estudiantes de la Universidad Valparaíso (UV), en la que se encuentran varios amigos y amigas de esta “mesa de trabajo”, y la colaboración de la Dirección General de Desarrollo Estudiantil de la UPLA, se produjo la sinergia.
-¿Cómo surgió la iniciativa de hacer estos trabajos en estos lugares en específico?
-“Esta iniciativa surgió en 2023. Fue principalmente como algo que nació de mí, de Paula Olivares, ya que nosotros participamos en otras organizaciones sociales y bueno, estaba como esa imagen histórica de la UPLA y sus trabajos voluntarios, y estaba la inquietud de retomar esta tradición de ayuda a las personas por parte de los estudiantes.
Consideramos que es una vía muy importante para acercar la Universidad, sobre todo la UPLA como una universidad pública, a su territorio, a sus comunidades, ya que creemos que eso es vital para la formación humana de los estudiantes, que los sensibiliza mucho y te hace consciente de las distintas realidades”.
-¿Empezó como una colaboración que ha ido creciendo?
-“Fue como un “hagámoslo” y de a poquito no más. Recibimos harto apañe desde inicio de los compañeros y compañeras de la UV, ellos nos sumaron a sus primeras jornadas. Y así nació, fue de a poquito. Fue un avance. Y bueno, el crecimiento ha sido rápido. Por ejemplo, en la primera jornada tuvimos siete inscritos de acá de la UPLA y en la última tuvimos 20. Así es que ha sido harto trabajo, pero ha dado sus resultados”.
–¿Cómo eligieron este tipo de vinculación?, que es más bien medioambiental, ¿Cómo adquirió este sello?
-“La verdad, no es que hayamos decidido ese enfoque, sino que son simplemente las oportunidades que se nos dieron en ciertos lugares para poder ayudar.
Por ejemplo, en la huerta comunitaria del cerro La Cruz, Paula Olivares participa activamente de esa organización colectiva. Así es que ahí se abrieron las puertas. Bueno, tenemos reuniones cada cierto tiempo y vienen compañeros de distintas carreras y nos dicen, por ejemplo, tengo una junta de vecinos o hay un lugar que limpiar y así vamos articulando. Es decir, no es como que nosotros decidamos 100% este tipo de trabajo. Son las puertas que se van abriendo y de las necesidades que nos van diciendo”.
-¿Cuál es el siguiente proyecto?
-“Todavía no terminamos. Hay mucho trabajo aún en cuanto a la limpieza, lo cual estuvimos abordando. Queda mucha, mucha basura y, lo más seguro, es que vamos a tener que volver.
Y bueno, en general, esa la idea. De poder ir a trabajar y no solo ir hacer las cosas y ya desentenderse, la idea es mantener ese lazo con la organización, con las personas”.
-¿Cuál es la retroalimentación que han tenido de parte de los vecinos?
-“Los vecinos siempre tienen una actitud muy agradecida. Se nota, quizás, el desamparo que surge, a veces, de parte de ciertas autoridades.
Destacan mucho que seamos universitarios, eso es algo que les hace muy felices. Ven cómo estudiantes de estas universidades les colaboran. Pero sí, siempre se nota esa gratitud y una motivación por igual. Siento que es algo que les anima.
Por ejemplo, tú vas y los vecinos se entusiasman también. Nosotros podemos dejar el trabajo en pausa, porque tenemos que ir a hacer otra cosa o tenemos que ir a otro lugar, pero en el fondo sientes que los vecinos van a continuar con ese trabajo, que es un incentivo para que no se vuelva a convertir en un basural.
Esa actitud ya está bien instalada, al menos en los lugares que hemos ido. O sea, nosotros más que ir a incentivar, vamos netamente a aportar dentro de lo que podemos. Obviamente, igual surgen muchas emociones entre los vecinos como la motivación, pero el incentivo y las ganas están muy presentes en esas comunidades”.
-¿Cómo se les puede ayudar para seguir con esta tarea?
-“La Universidad se ha portado bien, nos ha ayudado y es apañadora. Se trata de los recursos principalmente, es como en todos lados. Teníamos pensado quizás postular con algún fondo o financiamiento este 2025 para tener nuestras reservas de herramientas, porque tenemos siempre que estar consiguiéndolas en distintos lados.
Así es que eso sería lo más primordial. Nos gustaría tener un fondo y tener nuestras propias reservas de herramientas.
También, obviamente, siempre están las ganas de poder crecer más y posicionarnos dentro de la institución, que se nos tome como una organización para poder articularnos mejor, trabajar mejor y poder conocer a más personas, para seguir ayudando.
Para contactarnos puede ser a través de la cuenta de Instagram voluntarios_upla_ “.