Recién finalizado el taller “Hacia una comprensión de la cuestión palestina desde una perspectiva feminista y de derechos humanos”, dictado por la reconocida abogada y activista Nadia Silhi Chahin, conversamos con ella sobre los principales desafíos que enfrenta Palestina. En un momento crucial para la región, la perspectiva de género y los derechos humanos se erigen como elementos fundamentales para comprender la realidad palestina.
Cabe destacar que esta actividad formó parte de una serie de acciones formativas y de prevención que realiza la Dirección de Equidad e Igualdad de Género (DEIG) de la Universidad de Playa Ancha en el marco del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, que se conmemoró el 25 de noviembre.
En este contexto, la periodista de la DEIG Natacha Gómez Barahona abordó -en tres preguntas- con Nadia Silhi temáticas asociadas a la libertad de expresión y el derecho al boicot, los estudios palestinos y los feminismos en el Mundo Árabe e Islámico.
-¿Qué se propone para comprender la cuestión palestina desde una perspectiva feminista y de derechos humanos?
“Tiene que ver con comprenderla desde una perspectiva distinta a la de la geopolítica o de la seguridad, sino que desde los derechos humanos, y con eso, desde los principios y valores que los inspiran, como el principio de igualdad, de no discriminación, y de dignidad. De la mano con eso, entenderlo desde el feminismo en tanto una fuerza emancipadora de las mujeres, pero al mismo tiempo, de un feminismo que se reconoce como interseccional y que es promotor de la igualdad en distintos frentes, un feminismo anticolonial, antiracista y que va de la mano con todo el discurso y la narrativa de los derechos humanos”.
-¿Por qué Israel viola el derecho internacional?
“Israel, como es conocido, viola el derecho internacional y los derechos humanos desde el momento mismo de su creación. Hay violaciones graves y sistemáticas al derecho internacional por parte de Israel y aún más, Israel viola normas de Ius Cogens que son las normas imperativas de derecho internacional, las de mayor jerarquía en el derecho internacional, y que generan obligaciones Erga Omnes, por tanto, los terceros Estados tendrían también obligaciones en tanto a no a reconocer y a no contribuir con las ilegalidades que comete Israel.
Por ejemplo, la Corte Internacional de Justicia -el principal órgano jurisdiccional de Naciones Unidas- estimó a comienzos de este año que es plausible que Israel esté cometiendo un genocidio en Gaza. También, la misma Corte Internacional de Justicia en una opinión consultiva emitida en julio de este año, declaró que la ocupación de los territorios palestinos es absolutamente ilegal y tiene que terminarse de inmediato.
Igualmente los informes de los relatores especiales de Naciones Unidas sobre la situación de derechos humanos en territorios palestinos ocupados, concluye que hay un genocidio. Antes de eso se había concluido que Israel estableció un régimen de apartheid y todo esto son crímenes de la máxima gravedad a nivel internacional y que están tipificados en el Estatuto de Roma y respecto de los cuales tiene competencia por tanto la Corte Penal Internacional”.
-¿Cómo es la situación de las mujeres en Palestina y los territorios ocupados?
“Es especialmente difícil porque están sujetas a un régimen de apartheid, al genocidio, a un colonialismo de asentamiento, a la ocupación, a las violaciones al catálogo completo de derechos humanos por parte de Israel, incluyendo el derecho a la vida, el derecho a un juicio justo, el derecho a no ser torturada, etc. Si bien todo eso lo viven también los hombres palestinos, las mujeres palestinas, como todas las mujeres del mundo, se enfrentan además a una sociedad patriarcal y, por tanto, deben deben lidiar con esta doble opresión.
La vida de las mujeres palestinas, especialmente en algunos contextos, es difícil: en Gaza no hay implementos médicos, las mujeres han estado teniendo cesáreas sin anestesia, no hay cómo encontrar productos sanitarios para cuando se está con la menstruación y lo mismo ocurre en las prisiones israelíes donde no existen facilidades de ningún tipo, donde las mujeres no tienen acceso a controles ginecológicos ni siquiera para sus embarazos y partos”.