Una mujer, por primera vez, asumió el cargo de mayordomo en uno de los edificios de la Universidad de Playa Ancha. Se trata de un hito, al interior de nuestra casa de estudios, respecto a roles que, habitualmente, han sido asumidos por hombres del escalafón auxiliar.
Desde esa perspectiva, la Dirección de Operaciones (DOPE) junto a la Dirección de Administración de Recursos Humanos han promovido la incorporación de mujeres a instancias de capacitación, que no solo les entregan más herramientas para desarrollar sus labores sino que también, les brinda la posibilidad de postular a cargos con mayor responsabilidad, como lo es el de mayordomo.
Fue el caso de la funcionaria del DOPE Verónica Villalón Barraza, quien lidera a un equipo de auxiliares y rondines en el edificio administrativo de Blanco, pese a que no quería postular al cargo.
Hoy, a casi un año de vivir la experiencia, plantea que se siente contenta, tranquila y sobre todo valorada, considerada, no sólo por sus pares sino que también por las autoridades que la motivaron asumir este desafío.
-Con casi nueve años en la institución, ¿qué la motivó a formar parte del curso de mayordomo?
“La verdad es que en un principio no quería postular, me costó tomar la decisión. Don Nelson (Salinas) y la señora Ximena (Nuñez) me pidieron que postulara, que podía entrar una mujer por el asunto de la inclusión, pero seguía sin estar muy convencida. Finalmente, postulé y asumí el año pasado, en mayo de 2023”.
-¿Cómo evalúa la experiencia de asumir un rol del que no estaba muy convencida?
“Ha sido una experiencia buenísima. A lo mejor el miedo me frenaba, porque a mí me gusta mucho socializar con la gente e interactuar con las y los compañeros, con la jefatura y mis pares. Me gusta manejar gente y formar equipos de trabajo. Quizás, eso vieron en mí don Nelson y la señora Ximena para incentivarme a postular al cargo”.
-¿Qué ha sido lo más complejo de abordar?
“Las relaciones con mis compañeros, pero creo que el buen trato ha sido fundamental para avanzar en una relación laboral respetuosa. Eso ha sido lo que más me ha costado, porque el asumir que una persona, que es tu par, te tenga que dar órdenes, a algunas personas no les gusta y no te hacen caso, pero eso se va trabajando en el día a día, y con el tiempo se va superando”.
-¿Cómo describiría actualmente su relación con sus compañeros y compañeras de trabajo?
“Ahora todo bien, ellos asumieron que soy su jefa y trabajan bien, se formó una buena relación y un buen equipo en la sede”.
-¿Cuál cree que fue la clave para relacionarse de mejor manera con ellos?
“Creo que más que nada, el respeto, porque siempre he implementado eso. Pedir las cosas por favor y dar las gracias como debe ser; no exigir cosas más allá de lo que sé que a ellos les corresponde y también trabajar con ellos. No es una cosa de estar sentado ahí y mandar, no, es trabajar con ellos, formar equipos y ponerte a la par con ellos a trabajar.
-Cuando usted dice formar equipo, ¿cuáles son las funciones que desarrolla generalmente y que, de alguna manera, usted organiza?
“Por ejemplo, organizo a las personas por piso de manera mixta, delego funciones que son acorde a sus capacidades y a lo que ellos y ellas hacen, pero rotando a los equipos de trabajo por piso o por semana”.
-¿Cuál cree que es su sello en este casi año que lleva en el cargo, teniendo en cuenta también la experiencia con otros mayordomos?
“Desde que ingresé a la universidad estuve bajo la tutela de don Guido Sáez Poblete, quien es un buen mayordomo y fue una buena escuela para mí.
Estuve varios años en el edificio Puntángeles, en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y cuando me informaron que me cambiarían de edificio me asusté, no quería, me deprimí.
Llegué al edificio de Blanco sin conocer a nadie, pero quizás mi forma de ser, me hizo fácil el cambio. Me adapté a la gente, a mis compañeros, siempre con su toque de humildad, porque cuando uno viene de otra parte, tiene que adaptarse al grupo. Uno no puede llegar a imponer cosas y creo que eso me sirvió mucho.
Mi idea era implementar la comunicación, el respeto, el querer trabajar, que los auxiliares sientan ganas de trabajar con uno. Y me pasó cuando estuvo cerrada la universidad, que vinieron varios funcionarios a trabajar en la sede y la mayoría se fue satisfecho”.
-¿Cómo se siente ahora en sus funciones?
“Muy cómoda, muy cómoda. Me siento contenta, me siento tranquila y me siento valorada. Valorada tanto por las autoridades de acá, de la sede, como de los otros campus también. Y por mis compañeros, me siento tomada en cuenta y valorada.
Creo que asumí un gran desafío, porque es un mundo de hombres. En un principio mis colegas me veían como “el chiche nuevo”, pero ahora no, ahora se trabaja en conjunto”.
-¿Qué ha dicho su familia respecto a este desafío?
“Mi marido está contento y me apoya. De hecho ha sido un pilar fundamental. Él, mis hijos y mi madre se sienten muy orgullosos y eso me llena a mí, me llena por completo”.
-Actualmente, estudia el segundo año de una carrera técnica de nivel superior en Recursos Humanos, ¿cómo se proyecta en su vida laboral?
“No lo sé, una vez que ya esté titulada, pienso ver qué voy a hacer, si me voy a ir por el lado del Recurso Humano o sigo con lo que me gusta, que es esto de trabajar con la gente”.
-¿Cuál sería el mensaje que pudiera darle a otras funcionarias que quizás no han visto esta responsabilidad como una meta a alcanzar?
“Siempre he sido una persona con mucho temor a los cambios, pero en este último tiempo me he dado cuenta de que los cambios no son malos, siempre son por algo.
Las mujeres siempre tememos enfrentar desafíos que pensamos que no van a ser bien vistos por la sociedad y no es así. Nosotras tenemos las mismas cualidades, los mismos derechos, por tanto las mujeres somos capaces de hacer las mismas cosas que hacen los hombres, quizás mejor, no lo sé, por eso les hago una invitación a participar en los cursos que se imparten para nosotros los y las auxiliares; y se proyecten para avanzar y crecer en la universidad”.
-¿Alguna reflexión final?
“Solo agradecer, a mi familia y a la universidad, porque me he dado la oportunidad, primeramente, de trabajar, de realizarme como persona, de crecer como persona y también de capacitarme. Me han dado todas las facilidades, y me han alentado a asumir desafíos, que al final han sido muy beneficiosos para mí. Me gusta donde trabajo, me gusta en lo que trabajo, así que solamente tengo agradecimientos”.