Luis Costa: “No recuerdo el dolor de la tortura. Lo que me queda es el dolor de haber perdido mi dignidad”

Uno a uno, lento y en silencio. Así caminaron enfilados hacia el escenario del aula Dr. Félix Morales Pettorino, todos los asistentes a la presentación del documental “Punto de encuentro”, que se exhibió en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe cívico-Militar.

Todos, académicos, administrativos, profesionales y estudiantes se conectaron con sus emociones y respondieron a la invitación que formuló el rector Carlos González Morales, para subir y abrazar al ex profesor y cineasta, Luis Costa (Lucho), tras la exhibición del documental.

Fue una mañana emotiva, íntima, y llena de un contenido dolor, que concluyó con un conversatorio donde hubo una constante: La necesidad de contar nuestras historias, de vitorear lo que somos, de hablar de dónde venimos y qué cargamos. Esa fue la consigna de la jornada.

Más que abordar los detalles del documental, cuya producción se realizó el 2022 y que aborda cómo dos cineastas filman con actores lo que sus padres vivieron juntos en un centro de tortura, hoy resaltamos lo que esa cinta generó en el aula de la Universidad de Playa Ancha. De eso hablamos.

Si bien, parte de las grabaciones se hicieron en Villa Grimaldi, la reproducción mental y emocional de esos testimonios, caló hondo en nuestra aula universitaria. Más que hablar de tortura y muerte, lo que quedó impregnado en el ambiente fue esa sensación de desamparo, impotencia y vulnerabilidad que inunda a quien le han quebrado la dignidad. Eso es lo profundo de esta historia, se trata de lo que queda después de ser detenido, torturado y….muchas veces, también desaparecido.

“Yo no recuerdo el dolor de la tortura….lo que me queda es el dolor de haber perdido mi dignidad. Eso es lo más fuerte de lo que viví”, dice visiblemente emocionado, tras confesar que le tomó años volver a mantener la cabeza erguida frente a cualquiera que vistiera un uniforme. Sin duda, una historia personal que muchos comparten, aún sin poder decirlo; pero Luis Costa lo hizo sin tapujos, sin vergüenza. Es la historia de su entorno, de sus amigos, de sus familiares…de sus descendientes. 

“Nos  dimos cuenta de que la historia es transgeneracional. Es decir, los efectos de esto no los carga solo uno. Se van acumulando y lo van releyendo las distintas generaciones; porque todos, de una u otra forma, vamos cargando la historia de hace 50 años. Está aquí en cada uno de nosotras y nosotras. Por eso, yo les pregunto a cada uno de ustedes ¿cuál es su historia?”, dijo Costa, mientras miraba de un lado a otro, con una sincera inquietud.

Acompañado de su hija Paulina, quien también fue la productora de la cinta, el protagonista de esta historia recibió aplausos y sentidas palabras de agradecimiento y cariño. Tras ello, dijo una y otra vez que -a pesar de todo-  vale la pena luchar por un mejor país, y que siempre será necesario hacer todos los esfuerzos para conseguir una sociedad más justa, más humana, mas libre y, sobre todo, más feliz.