La suspensión de actividades escolares y universitarias por motivos externos, relacionados con seguridad, ha sido tema de discusión en las últimas semanas.
Coincidimos con quienes sostienen que situaciones ajenas a las instituciones de educación no deben afectar ni, mucho menos, tener cierto poder sobre las decisiones y el normal desarrollo de las actividades académicas y administrativas.
Sin embargo, quienes estamos a la cabeza de estas instituciones, como autoridades, tenemos una responsabilidad ineludible.
Son centenares las familias que depositan su confianza en las universidades a las que ingresan sus hijos, hermanos, sobrinos, nietos, en busca del sueño del título profesional, que les va a permitir acceder al campo laboral en la especialidad escogida y aportar a la construcción de una sociedad más inclusiva, equitativa, solidaria, respetuosa, lo que es una tarea diaria e incesante. Con esas familias y con nuestros y nuestras estudiantes tenemos un compromiso.
En la Universidad de Playa Ancha vimos con emoción, este verano, cómo un padre se trasladó desde Chiloé acompañando a su hijo para matricularse en nuestra institución, porque quería hacerlo de manera presencial, aunque podía realizarlo en línea. En la ciudad donde viven no hay buena conexión de internet, explicó, pero además quería hacerlo personalmente, por la importancia que este hecho tiene para su familia. Se trasladó muchos kilómetros para confiarnos su tesoro.
Como él, como ellos, son muchos y muchas quienes llegan portando una mochila cargada de sueños, expectativas, aspiraciones e ideales. A ellos y ellas nos debemos.
Determinar el cierre anticipado de las actividades universitarias en un día en que se detectan riesgos para la comunidad no es algo que nos parezca natural, pero es un deber de la autoridad, para resguardar, hasta donde sea posible, la seguridad de sus estudiantes, trabajadoras y trabajadores, y, en el caso de la Universidad de Playa Ancha, de los pequeños y pequeñas que asisten al jardín infantil que funciona en la Casa Central.
En conjunto con autoridades educacionales y de instituciones a cargo de la seguridad interior, estamos haciendo esfuerzos por avanzar en medidas que nos permitan que las áreas donde se emplazan los establecimientos de educación sean espacios seguros. Mientras lo hacemos, también tomamos y tomaremos las decisiones que corresponda frente a situaciones emergentes, de manera informada y responsable, que considere la seguridad de las personas como una prioridad.
Lo hacemos por nuestra comunidad y por los territorios en que estamos insertos, ya que es con vecinos y vecinas, con organizaciones de la comunidad toda, que queremos avanzar. A esa responsabilidad no vamos a renunciar.
Carlos González Morales
Rector Universidad de Playa Ancha
Fuente: opinión publicada en El Mercurio de Valparaíso, domingo 2 de abril de 2023 (acceso para suscriptores).