Primera parte: Conceptos y análisis generales
“En primera instancia, es necesario definir que un incendio forestal es en palabras de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias de Costa Rica «un fuego que se propaga sin control a través de vegetación rural o urbana y pone en peligro a las personas, los bienes y el medio ambiente». En el mundo, los incendios forestales constituyen la causa más importante de destrucción de bosques. En un incendio forestal no sólo se pierden árboles y
matorrales, sino también casas, animales, fuentes de trabajo e inclusive vidas humanas.
La razón de considerar esta definición propia de este organismo costarricense se debe a que en ese país el 26% – 12.500 km² o 1.250.000 Has – de su superficie (51.100 Km²) está declarado Parque Nacional, y el uso que se les da a esas áreas protegidas (149 en total) tiene diversas alternativas, entre las que destacan: investigación, sostenibilidad y sustentabilidad ambiental, patrimonial, turística y, que en suma, condicionó previo a la pandemia del Covid 19 solo por el uso turístico, un ingreso a las arcas fiscales de US$1.900 millones (2018), cifra que representó el 3,23% del Producto Interno Bruto (PIB) local.
En consideración a lo indicado y referente a los incendios que afectan hasta el presente a la zona centro del sur de Chile, y atendiendo al último informe de la Corporación Nacional Forestal (2 de marzo pasado) se han quemado más de 458.000 hectáreas (4580 Km²) y de estas ,según el presidente ejecutivo de GPS Corredores de Seguros, Luis Alberto Alcalde, « el 65% corresponde a plantaciones de bosques y los porcentajes restantes a diversas floras que están relacionadas con asociaciones de vegetación nativa, pastizales y cultivos».
Ahora bien, en Chile el área preferente en que se generan los piroeventos -cerca del 60% de ellos (3200)- se originan en sectores de interfaz urbano – rural, los cuales han aumentado en la última década, principalmente, por el crecimiento poblacional y la creciente expansión urbana.
Cabe señalar en este punto, lo referente a la localización de asentamientos irregulares (1091, según el último Catastro Nacional de Campamentos, 2022) ubicados y espacializados según la misma fuente de información 71.961 hogares, que albergan aproximadamente 360.000 personas, siendo de estas el 51% mujeres, un 36% migrantes.
A lo anterior se asocia que un 48% del total de residentes está bajo la línea de la pobreza y un 25% bajo la línea de la pobreza extrema, realidad poblacional en que prevalece la carencia y/o déficits de servicios básicos e inexistencia, por consiguiente, de la debida urbanización y, por la precariedad de ingresos, es dable determinar que las viviendas sean de material ligero. Asimismo, la acumulación de basuras en las inmediaciones asociado a una larga sequía climática, condiciones meteorológicas y olas de calor, la probabilidad de generar un siniestro propio del fuego es alta y que el siniestro, por las razones aludidas adquiera, por ende, la categoría de desastre con la consiguiente pérdida de vidas humanas, enseres, residencias, materiales de trabajo, entre otras negativas circunstancias que, en suma, cifran cientos y, por qué no decir, miles de damnificados y albergados y daños severos al ecosistema afectado.
En síntesis, Chile es por una matriz de variables naturales (tipología climática, accidentada topografía, reducción de las precipitaciones, desertificación, etc.) y antrópicas (desentendimiento del Estado de las normas urbanísticas, una creciente pobreza socioeconómica, falta de oportunidades laborales, un modelo económico que ha privilegiado plantaciones de monoflora, la afectación como Estado nacional al cambio climático, etc.) una plataforma con un manifiesto cariz infausto y en extremo vulnerable ante los incendios forestales y sus efectos, situación que de no haber una reacción y aplicación urgente de medidas entre otras de orden medioambiental, legislativas, planificación y ordenamiento territorial acompañadas de una eficientes y eficaz gestión local y regional, convertirá el panorama paisajístico natural y antrópico en una realidad que tendrá un difícil punto de retorno a las condiciones previas a la ocurrencia de estos amagos propios de las quemas”.
***Gastón Gaete Coddou, geógrafo y académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Universidad de Playa Ancha.
Columna de opinión publicada en diario El Trabajo de San Felipe, el miércoles 8 de marzo de 2023 y su contenido es materia de análisis en carrera de Geografía de la Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia.