Recuerdos de convivencia

“La convivencia, según Vigotsky (2009) es un proceso social y formativo, por los que los individuos y grupos de personas dialogan para actuar de manera incluyente, en un tiempo y lugar, perspectiva conceptual que para la interacción mutua en Bolivia es un hecho tácito de valiosos antecedentes que influyen en la forma de relacionarse con las y los bolivianas/os.
Un ejemplo de ello, pese a no conocer a las personas, son el saludo y muestras de civilidad, una realidad palpable, siendo entre otras situaciones cotidianas que al momento de subirse a un medio de locomoción no faltó la ocasión de establecer un breve diálogo que, por la duración del viaje, iba entremezclándose con preguntas y reflexiones acerca del acontecer, así como del saber – por parte de los pasajeros – de distintos puntos de vista del afuerino, los que fueron recibidos con respeto, transformado el interior de ese bus o taxi en un parlamento que cuesta abandonar a la hora de bajarse, lo que no está libre de un hasta luego.
La reciprocidad de buenos modales y aceptación en el núcleo familiar fue para este cronista una vivencia inigualable, ya que al arribo a La Paz, la familia Huanca Paco abrió su casa y hogar con un cariño y confianza inigualables.
Durante muchas jornadas la planificación de las actividades académicas estuvieron matizadas por conversaciones multitemáticas, que me fueron envolviendo en los dichos y palabras de usanza habitual y aquellos conceptos que no son los más acertados de mencionar en una conversación. A ello les replicaba con dichos populares y chilenismos que en suma fueron generando lazos de acercamiento en que no solo se iban conociendo los diversos puntos de vista, sino también la espiritualidad. En ese sentido, destaco la figura de la señora Lourdes Paco que, con una sabiduría, didáctica y voluntad digna de encomio, me explicaba los diversos pensares en cuanto a creencias, rituales, leyendas y otros aspectos que fueron luego comentados y matizados por Fabiana y Ana Patricia, y reforzados por don Jacinto Huanca, hombre de profunda instrucción y conocimientos acerca del acontecer no solo país, sino del mundo, lo que dio lugar a extensas pláticas no libres de contrapuntos que, a pesar de las diferencias de apreciación, llegaban a un buen entender contribuyendo en ese sentido a saber más el uno del otro, creando así una atmósfera de agrado y tolerancia que debiese primar y hacerse patente en otros frentes socioterritoriales.
En tanto, en Ayata el haber compartido con el mundo rural no solo fue entender, en parte, la coexistencia de las comunidades, situación que se enriqueció al ver el trabajo mancomunado intergéneros en la búsqueda de soluciones para las personas. A ello se sumó el respeto y acogida al visitante demostrando desde un inicio un diálogo que en ocasiones desbordaba los horarios e iba envolviendo a los participantes en reuniones en que la fraternidad y alteridad marcaban la pauta de esos encuentros los que, a pesar de las horas transcurridas, se trataban con detalle todos temas propuestos en la tabla.
No está exento de lo narrado, lo acontecido en la bella Potosí desde el momento de estar presente en el izamiento de la bandera, acto en que afloró la gentileza y trato cordial de la Licenciada Marcela James, quien, en su calidad de Directora de Turismo municipal, me permitió entablar nexos con distintos actores relevantes del territorio como la señora Mónica Thames, don Aldo Fuertes, Mariana Sol y Víctor a quienes se sumó la amabilidad del Alcalde del GAMP, Jhonny Llally y otras y otros funcionarias/os municipales,que no escatimaron tiempo y paciencia para atenderme. Súmese a ello, la generosa consideración del profesor de la Universidad Autónoma Tomás Frías, colega Miguel Quiroga, que junto a otros profesores organizó de la nada una interesante y fructífera instancia universitaria con estudiantes de esa casa de estudios superiores.
En síntesis, la permanencia en suelo boliviano no solo fue conocer y estudiar, sino que fue una ocasión que se puede tipificar como mundológica que aún está asentándose en mi mente y que hace evocar diariamente esos recuerdos que, por la maravilla del pensar, me permite mentalmente viajar sin trámites ni obstáculos a esas mágicas y recordadas tierras altiplánicas”.
***Gastón Gaete Coddou, geógrafo y académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Universidad de Playa Ancha.
Columna de opinión publicada en diario El Potosí de Bolivia, el sábado 8 de octubre de 2022.