Solo florece durante seis horas al año en octubre y, en ese momento, tiñe el cerro de morado. Esas son algunas de las características de la efímera flor Calydorea xiphioides, conocida como tahay o violeta, que es endémica de Chile.
Irma Fuentes, doctora en Astrofísica y presidenta de Ruta Sustentable —organización comunitaria socioambiental basada en Playa Ancha— vio la flor abierta en 2020, cuando recorrió el Santuario de la Naturaleza Acantilados Federico Santa María.
Al observar que el cerro se teñía de morado en octubre, y desconocer la razón tras el evento, habló con especialistas en flora nativa, quienes le comentaron que se trataba de la flor tahay y estaba categorizada como una planta vulnerable y rara.
“Darme cuenta que ví el momento preciso de su floración me maravilló. Pero notar que estaban comenzando a construir tomas en su hábitat, que es acotado —solo crece en la zona central de Chile—, me impactó”. Por ello, decidió tomar acción junto a las integrantes de Ruta Sustentable.
“(Como organización) postulamos al Fondo de Protección Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente para la construcción de un invernadero; el enfoque fue construir un hogar para que pudiésemos reproducir esta flor, cuyo hábitat está siendo depredado por la intervención antrópica y la sequía”, precisa.
“Para ver el impacto de esta iniciativa también creamos una serie de talleres que estuvieran relacionados al objetivo del invernadero. Empezamos con sesiones abiertas acerca de cómo compostar y después nos fuimos enfocando en el tema propio del invernadero”, agrega Fuentes.
En los talleres tuvieron como organismo asociado a la carrera de Ingeniería Ambiental de la U. de Valparaíso y de la U. de Playa Ancha (UPLA). “Académicos de esa carrera fueron al invernadero e hicieron charlas sobre cómo se cultiva en este recinto, y también llevamos a cabo talleres de reconocimiento de flora nativa del sector de los Acantilados Federico Santa María”, detalla.
Geófita
Pamela Ramírez, bióloga, magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza y curadora del herbario VALPL de la UPLA, es una de las especialistas que estuvo a cargo de los talleres.
La experta explica que la flor tahay es geófita, es decir, que tiene un tallo subterráneo en forma de bulbo, lo que, lamentablemente, contribuye a su estado vulnerable. “Estas especies se ven muy deterioradas o desaparecen, porque como no se ven durante muchas épocas del año, ya que el bulbo está totalmente enterrado, la tierra donde crecen suele ser ocupada por construcciones”
Por eso, enfatiza, “es súper importante esta iniciativa, porque cuando las personas, independiente de su conocimiento técnico, saben que hay especies importantes, quizás tendrán más cuidado cuando vayan a un lugar”.
En los talleres, además de enseñar cómo reconocer la especie cuando no florece y cuando está abierta, “nos juntamos para enseñarles a hacer un herbario —colección de plantas secas y clasificadas— y comentarles que la importancia de este es dejar un registro histórico de una especie”. También salieron a reconocer la flora del sector y recolectar especies para el herbario.
Y añade: “Tiempo después nos juntamos en otro taller en el laboratorio de la universidad. Finalizamos el herbario —se hace una carpeta donde se pega el ejemplar y se anexan todos los datos— y vimos las características que tenían sus colectas y el bulbo, y la semilla de tahay con lupa y microscopio”.
La académica espera subir esta y próximas recolecciones del grupo a la base de datos internacional de especies GBIF (Global Biodiversity Information Facility), que aporta al conocimiento científico global.
Para Alonzo Delgado, estudiante de Pedagogía en Educación Básica, participar de cuatro talleres fue una experiencia muy grata. “Son educativos y necesarios. Me gustaron mucho porque me permitieron aprender más sobre educación ambiental, sobre cómo generar una conciencia ambiental, sobre todo en cuanto a la protección de especies que están en peligro, como la flor tahay”.
“Aprendí las características de la tahay, cómo reconocerla, y reproducirla, lo que es difícil”, añade.
Hoy que llega a término el proyecto de construcción del invernadero, Mariana Durán, fotógrafa, diseñadora gráfica y secretaria de Ruta Sustentable, cuenta que “estamos pensando en cómo ampliamos esta iniciativa y le damos continuidad. La vamos a postular a dos fondos más para continuar las capacitaciones a la comunidad para que puedan proteger esta flor que es de ellos”.
Además, a finales de abril e inicios de mayo, comenzarán la etapa experimental de reproducir la especie en el invernadero, señala Irma Fuentes. “A corto plazo, vamos a pulirnos en la técnica de la reproducción y ya cuando estén las condiciones, quizás llevarla a que se vuelva a reproducir en su ambiente. Por ahora, nuestro foco es visibilizarla”.
Fuente: Publicada en El Mercurio, jueves 28 de abril de 2022 (acceso para suscriptores).