
“La existencia humana y los procesos naturales comparten el espacio y representan la realidad tangible como se conoce. Mediante esta explicación se basa la idea de territorio como una configuración espacial dinámica constante en una determinada área. Ante la noción de considerar el territorio como un producto construido, resultado de un proceso interactivo mediante, el cual es interpretado y reinterpretado de manera compleja que, por el hecho de ser una representación es susceptible de ser transformado.
La resignificación del territorio, por tanto, se refiere en un sentido de la palabra a la descripción de la recomposición, reestructuración y transformación tangible e intangible de las dinámicas sociales, ambientales, económicas y ocupaciones en el territorio, y como menciona Palacios (1983) las configuraciones territoriales generadas eran el reflejo de las motivaciones humanas. En relación con este enunciado, la acción de trasformar un territorio surge de las necesidades sociales de subsistencia en un medio determinado.
La idea de la resignificación territorial es la detección de las causas de la trasformación espacial, considerando las propiedades y condiciones de cada región o espacio geográfico en el cual se identifica el fenómeno. Sin embargo, Santos (2000) referencia que, cuando la sociedad actúa sobre el espacio no lo hace sobre objetos considerados como realidad física, es decir, como naturaleza primigenia, sino sobre realidad social de formas-contenido, como funciones sociales ya valorizadas a las cuales se busca ofrecer o imponer un valor nuevo.
El cambio de las funciones de un territorio o la revalorización de sus elementos constitutivos son rasgos de resignificación en éste y, desde esta
perspectiva, según Ramírez, 2003, la relación sociedad-naturaleza es un proceso que internaliza a la naturaleza en el sistema social, lo que produce que ambas se readecuen, readapten y modifiquen constantemente.
La dinámica territorial, está ligada a los cambios en las representaciones, procesos y articulaciones de los sistemas sociales.
Es importante en primera instancia, analizar las condiciones del territorio en transformación, clasificándolo en su dimensión, es decir, si es urbano, rural o un área silvestre, identificando los nuevos componentes que van apareciendo y especializándose en el territorio. Por otro lado, es importante también identificar el grupo social que hace posible esta resignificación en los territorios, cuáles son los actores que aportan en este proceso. La trasformación espacial es diferente cuando es por parte de la comunidad local en su propio territorio versus la intervención espacial por parte de actores externos en él y, en este sentido, Guízar (2005) indicó que por un lado, el derecho que se atribuye un grupo social sobre un conjunto determinado de formas- contenido, concebido en términos legales o simbólicos y, por otro, las acciones que aluden a la lucha por el control de los procesos políticos, económicos, el uso de suelo, la conformación de unidades productivas, la organización e identidad grupal y la aplicación de normatividades de índole diversa.
El proceso de resignificación territorial no es excluyente de la individualidad ni de la vida familiar, es parte del sistema de intereses, de la percepción y
concepción de necesidades y potencialidades para cubrirlas. Se construye cuando dichos propósitos se estructuran a partir de las propuestas valoradas por una colectividad, lo cual deriva en la generación de nociones dialógicas que funcionan como formas-contenido y acciones sociales. Estas acciones sociales, instancias en las cuales se discuten las propuestas y se genera un consenso, tiene como objetivo fijar una hegemonía. En este sentido, Guízar (2005), dice que los intereses y los propósitos se concretan en una estructuración jerárquica de relaciones sociales que construye una distribución territorial orientada a beneficiar al grupo mejor posicionado o hegemónico.
Por tanto, la resignificación territorial es en palabras de Haesbaert (2004) un proceso constructivo complejo, que implica un dominio económico-político y una apropiación simbólica-cultural de formas y contenidos asignadas por los sistemas sociales, respondiendo de esta manera a que el sistema económico preponderante en la región o país donde está inserto el territorio, es el gran modelador que posibilita la transformación espacial que perciben sus habitantes”.
***Gastón Gaete Coddou, geógrafo y académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Universidad de Playa Ancha.
Columna de opinión publicada en diario El Potosí, Bolivia, el jueves 14 de de abril de 2022.