Arquitecto UPLA advierte que en Valparaíso podría ocurrir algo similar al derrumbe de Miami

Tras casi una semana de búsqueda bajo los escombros, en forma paralela se desarrollan las investigaciones para precisar las causas del colapso del edificio en Surfside, Florida. Una noticia que impactó a todos, especialmente por sus consecuencias: más de 150 personas desaparecidas y diez cuerpos encontrados.

A propósito de este hecho, consultamos al Doctor Marco Muñoz del Campo, académico de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), si es posible que en Valparaíso ocurra algo similar. Su respuesta fue al menos inquietante.

“Sin ninguna duda, me atrevo a afirmar que en una ciudad como Valparaíso estamos expuestos a situaciones como la que ocurrió en Miami. No tan solo relacionada con edificaciones, sino además con todo tipo de construcción, fundamentalmente muros de contención que son uno de los elementos más utilizados en los cerros para dar cabida a superficies horizontales donde levantar las edificaciones y a espacios de conectividad como escaleras y vías peatonales y vehiculares”, dice.

Precisa que un factor muy importante que genera riesgo de colapso, tiene que ver con las instalaciones relacionadas con la dotación de agua potable y la evacuación de aguas servidas. En algunos casos -dice- son obras muy antiguas que, producto de filtraciones, debilitan la compacidad del terreno, provocando asentamientos, fracturas o desplazamientos que afectan directamente las edificaciones y todo tipo de construcción, las que incluso pueden llegar a colapsar.

Dr. Marco Muñoz del Campo.

“La situación de mayor riesgo está en los cerros y principalmente en las quebradas. Existe mucha autoconstrucción que no considera las debidas prospecciones y, muchas veces, tampoco los necesarios mejoramientos de suelos, construcción de muros de contención en condiciones adecuadas, de tal forma de evitar asentamientos o derrumbes. Además, las estructuras se levantan sin el debido cálculo estructural o procedimientos constructivos adecuados que garantice condiciones de estabilidad para absorber esfuerzos dinámicos provocados por eventuales sismos”, comenta.
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TIPOS DE ESTRUCTURAS

Respecto de los edificios antiguos, el profesional asegura que hay aspectos determinantes en las condiciones de estabilidad, principalmente relacionados con el deterioro de sus estructuras. El mayor riesgo -dice- se produce en edificaciones construidas en base a estructuras de madera, rellenas con adobillo y revestimiento en base a morteros de barro y yeso. Al no existir una mantención adecuada y regular en el tiempo, agentes como la humedad provocada por filtraciones de aguas lluvia, provocan esponjamientos en el barro, fisuras y fracturas que generan desprendimiento interior o exterior de revestimientos que luego caen sobre la acera o en los recintos interiores.

El Dr. Muñoz advierte que esta situación, con el tiempo, debilita además las maderas, lo que provoca pudrición o también la proliferación de agentes patógenos como las termitas y otros insectos que, en ambientes húmedos, se desarrollan con mayor facilidad. Finalmente caen los revestimientos y elementos decorativos adosados, como cornisas y otros, o sencillamente terminan por colapsar las estructuras parcial o totalmente.

También subraya la importancia de la mantención que se realiza sin los conocimientos y la aplicación de procedimientos técnicos que corresponde tomar en cuenta. Por ejemplo, el reemplazo o reparación de morteros de barro con mortero de cemento o reparación de estructuras sin las debidas previsiones ya comentadas.

RECEPCIÓN MUNICIPAL

¿Y la recepción municipal garantiza seguridad de las construcciones? El Dr. Muñoz precisa que los profesionales que patrocinan los proyectos autorizados por las direcciones de Obra de los municipios (trabajos de reparación y mantención), lo hacen bajo las disposiciones consignadas en la Ley y la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones y en tal sentido son recepcionadas y es autorizada su operación. Sin embargo, a su juicio, el problema no radica en la otorgación de permisos o resoluciones de recepción, sino en que hay mucha construcción de viviendas y reparaciones de edificaciones sin permiso y ubicadas en lugares de extremo riesgo donde muchas veces no se autorizaría, al menos fácilmente, un proyecto de edificación. Asegura que la Municipalidad no es responsable de los procesos de mantenimiento, estos son de exclusiva responsabilidad de los propietarios (privados o públicos).

En el caso de las edificaciones en la Zona UNESCO y de amortiguación inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, existe un vacío debido a que no hay una Ley que se pueda aplicar al respecto de procesos de mantenimiento. En estos casos, la responsabilidad recae directamente en los propietarios y, ni la inscripción ni el cuerpo normativo considera algún tipo de subsidio que les permita mantenerlas.

Por otra parte, calificó como preocupante la percepción que algunos especialistas tienen respecto al valor patrimonial, quienes muchas veces rechazan la demolición de estructuras a punto de colapsar por su valor estético o formal, cuando mantenerlas en pie pone en riesgo la vida de las personas.

Pero eso no es todo. También manifiesta su preocupación, porque que los estudios que se han realizado (registros en fichas técnicas, informes y ejercicios de valoración o evaluación de atributos patrimoniales y estados de conservación), solo atienden temas arquitectónicos, estéticos y formales, y no atiendan condiciones de estabilidad y de sus instalaciones. Tampoco se hacen cargo de elaborar planes de mantenimiento dentro de un plan de conservación que la UNESCO, a través de los informes de ICOMOS (informe 959rev) viene observando desde el año 2000.

DEUDA

El profesional recordó que el Estado tiene un compromiso que va a cumplir 20 años sin ser resuelto. Esto es contar con un marco normativo adecuado; un plan de manejo del sitio que oriente una gestión de conservación adecuada; documentar los bienes inmuebles, los espacios públicos y los distintos tipos de construcción existentes en la ciudad, todo ello expresado en registros, inventarios y catálogos recomendados por distintos organismos internacionales.  Subraya que, además falta identificar las situaciones de riesgos e incorporar al plan de manejo un plan de gestión de esos riesgos y contar con instrumentos de planificación e instrumentos normativos adecuados.

Agrega que también es importante identificar, dentro de un plan de gestión del sitio, cuáles son los distintos ámbitos que se debe atender con urgencia y que afectan directamente el desempeño de las personas. En este contexto, el Dr. Muñoz recalca, además, la necesidad de educar a la ciudadanía para trabajar en forma coordinada en beneficio del cuidado y mantención de los propios espacios que habitamos.

“Es necesario educar para que todos seamos capaces de hacernos cargo de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que queremos ser y de lo que queremos tener como sociedad, como comunidad. No culpar permanentemente a otros, cruzar la vereda de las responsabilidades; con objetivos comunes, trabajar unidos y coordinados por aquello que merece ser heredado. No porque nos pertenezca, el patrimonio no tiene dueños, el patrimonio se cuida para uso y goce de las próximas generaciones. Y esto se hace entre todos y para todos”, concluye.

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