Este 17 de junio se celebra el día mundial contra la degradación de la tierra y los problemas hídricos, fecha destacada para recordar combatir estas tendencias, buscar soluciones donde participe la comunidad y lograr el apoyo de todos los niveles.
La desertificación y la sequía son dos alteraciones complejas que van de la mano, causando profundas consecuencias para el desarrollo económico, social y ambiental. Estas afectan de distintas formas la degradación del suelo y sus causas son variadas, sin embargo, las que más destacan son por el cambio climático y la actividad humana.
Estas circunstancias están avanzando a lo largo de todo el territorio nacional, ocasionando graves daños al ecosistema y es por ello, que el entender esta realidad es necesaria para crear conciencia en todos los sectores.
Según el investigador de la facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Playa Ancha, Antonio Ugalde, la desertificación sería uno de los problemas más graves de Chile, ya que afecta la disponibilidad de agua, soberanía alimentaria y habitabilidad de los territorios, entre otros.
Afirma que la cobertura vegetal y la erosión son los factores clave que causan esta situación y dados los pronósticos entregados en investigaciones nacionales, la región pasará climáticamente a ser una zona más árida. “Hay un estudio de Ciren donde se destaca que un poco más del 55% de la región estaría con altos grados de erosión y peligro de desertificación”, señala.
El fundador de Eficagua, Cristian Estrada, también se refiere a esta posibilidad que afecta al ambiente local. “Al comienzo se utiliza el concepto de sequía, pero ya entramos en otro proceso que es la aridización, lo que significa que el clima comienza a cambiar y ya no estamos hablando de sequía con la esperanza de que algún día vuelva el agua. Todo apunta a ello”, comenta.
En cuanto a los temas hídricos, Cristian explica que existen 4 tipos de sequía: la meteorológica que es ocasionada por las bajas lluvias, la agrícola que es debido de una baja humedad del suelo para mantener un cultivo en su punto ideal, hidrológica que va en relación con la disminución de agua subterránea y, por último, la socioeconómica que es cuando se pone en riesgo el acceso al agua potable de las personas. “De acuerdo a estas 4 situaciones, la región de Valparaíso presenta todas”, expresa.
Agricultura
Esta área es uno de los tantos sectores económicos afectados por la escasez de agua y sequía de suelos. La académica de la UPLA especialista en análisis y evaluación de calidad de recursos hídricos, Cecilia Rivera, habla sobre algunos cambios que deben realizar los agricultores. “Se han ido cambiando los cultivos para mejorar la problemática rural, plantar otro tipo de especies que estén más ligadas con respecto de la sequía que se viene y la forma de riego sustentable”, señala
Esta idea también es compartida por Cristian, quien ahonda en las nuevas medidas para adaptarse al cambio. Entre ellas afirma que para desenvolverse en este nuevo escenario existen 4 opciones. La primera en relación con replantear lo que se está cultivando en la región, lo segundo sería integrar eficiencia hídrica. Lo tercero sería integrar nuevas fuentes de agua (tecnologías) y por último está el extraer agua de otros lugares.
Acciones a tomar
El actuar frente a esta situación es urgente y se debe poner en palestra algunas acciones para ayudar en la adaptación y cuidado de esta realidad.
“Debemos enfrentarla con cambios a nivel educacional, cultural, económico y político teniendo en los nuevos gobiernos regionales y en el cambio de la constitución dos enormes oportunidades, para hacerlo, por ejemplo disponiendo de recursos para procesos de restauración ecológica, mejores instrumentos de planificación territorial y a nivel constitucional para incluir los derechos de la naturaleza o al menos para proteger el suelo y el agua como bienes comunes vitales para el bienestar colectivo”, afirma Antonio Ugalde.
La académica de la UPLA especialista en análisis y evaluación de calidad de recursos hídricos, Cecilia Rivera, habla sobre poner énfasis en la reforestación con especies nativas. “La región tiene que buscar políticas públicas que protejan los bosques. Esto siempre está pensado para el sur, pero acá en la región no se hacen acciones y se deben mejorar para proteger la biodiversidad”, expresa.
La situación actual es desalentadora y así lo expresa Cristian. “Retardar el efecto está medio complejo porque son cambios climáticos que se escapan de la escala local de influencia Chile. Entonces en general, para enfrentar estos procesos se habla de adaptación. Cómo nos adaptamos ahora a vivir con menos agua que nos cae del cielo y con menos agua que se descongela de la cordillera”, señala.
Fuente: La Quinta Emprende.