Clara, precisa y empoderada. Así es Ana Timm Hidalgo, la abogada porteña que, tras un minucioso proceso de selección, ganó el concurso público para asumir la dirección de Equidad e Igualdad de Género de la UPLA, estructura que implementó la autoridad universitaria en respuesta a una sentida necesidad de la institución.
Asumió el cargo a partir de de agosto, tras lo cual, además de sostener diversas reuniones, se dio un tiempo para compartir sus motivaciones y los valores que defiende, los cuales quedan muy bien expresados en su especialidad: magíster y doctora en derechos humanos por la Universidad Carlos III de Madrid.
Cuenta con una amplia experiencia en el ejercicio de su profesión, además de realizar actividades de investigación, docencia, formulación de proyectos y trabajo territorial, especialmente en aquellos vinculados a derechos humanos, género, educación y política social.
Consciente del gran desafío que le espera, Ana Timm asumió con compromiso y decisión la tarea de dar forma a la nueva dirección que, entre otras cosas, deberá realizar una efectiva y eficiente implementación del Protocolo para Prevenir, Corregir y Sancionar el Acoso, Discriminación, Hostigamiento y Violencia de Género.
Sin temor a las discrepancias, se muestra abierta al diálogo, con la convicción de que hay espacios para todos y todas al interior de la Universidad de Playa Ancha. A continuación compartimos con ustedes quién es y qué piensa sobre su rol en nuestra casa de estudios.
SUS MOTIVACIONES
– ¿Qué la motivó a postular a este cargo? ¿Por qué?
“Tuve varias motivaciones para postular. En primer lugar, vi en el cargo una oportunidad para aportar al proceso social que nuestra sociedad se encuentra viviendo como consecuencia del cúmulo de reivindicaciones que, desde diversos espacios, se ha desplegado para avanzar en la construcción de relaciones libres de discriminación y que pongan en valor la diferencia. He sido una espectadora atenta de sus diversas etapas y considero que las universidades, especialmente las que integran el Consejo de Rectores, están haciendo un esfuerzo sensato por estar a la altura de la importancia de los desafíos que tenemos. Por otra parte, reconozco que en mi motivación también jugó un rol relevante el hecho de que la convocatoria me pareció muy seria, en cada etapa del proceso de postulación (que fue bastante largo) siempre se ciñó a las reglas, cuestión que me hizo sentir que era un esfuerzo que valía la pena. Finalmente, me causaba ilusión integrarme a la UPLA, una universidad pública con vocación regional, que desarrolla una serie de proyectos que respeto y que está en Valparaíso, el puerto que me hace sentir amor por la vida”.
– ¿Cuál es su experiencia en relación a temas de género?
“La verdad es que, desde muy pequeña, comencé a desarrollar una mirada crítica en torno a las diferencias de género. Creo que en ello fue fundamental mi mamá y algunas profesoras del Liceo de Niñas de Viña del Mar, lugar donde cursé la enseñanza media. Luego, durante mis estudios de postgrado, tanto en la etapa de magíster como en la de doctorado, tuve asignaturas que me permitieron adquirir formación especializada en el ámbito de los derechos humanos de mujeres y disidencias. Destaco especialmente la oportunidad que tuve, mientras cursaba mis estudios, de participar durante cuatro años en talleres sobre género y derechos humanos; así como en un taller permanente sobre teoría crítica de los derechos, que eran instancias de formación complementaria. Todo esto contribuyó a un proceso de reflexión complejo en el que las violencias de género comenzaban a entrar en diálogo con los diversos dispositivos de opresión. Tanto fue así que hoy, la perspectiva de género es un enfoque transversal de mi esfuerzo por comprender los diversos problemas de derechos humanos que me han interesado. Finalmente, durante los últimos años he combinado mis labores como académica en el área de los derechos humanos, con la preocupación por la situación de las mujeres defensoras de derechos humanos. Llevo un tiempo pensando en las violencias que les/nos afectan y en cómo podemos construir estrategias efectivas de protección para el trabajo que desempeñamos”.
– En base a su experiencia ¿Qué aspectos considera esenciales para que una institución, como ésta, avance en temas de género?
“Considero que tenemos una ruta de trabajo bastante clara en lo que respecta a echar a andar la Dirección. El Decreto Exento N° 0550/2019 de Rectoría, que es la normativa que creó la Dirección de Equidad e Igualdad de Género, define los objetivos y funciones que deberemos ser capaces de implementar. En efecto, mi nombramiento es solo un primer paso, ahora tenemos que seguir en el proceso de construcción de la Dirección con la misma seriedad y transparencia con el que se produjo mi nombramiento, para que formemos un equipo de trabajo con personas competentes y comprometidas con los desafíos que han sido trazados. Pienso que será fundamental poner en valor el diálogo y no asustarnos con los disensos. No verlos como un problema, sino como una cuestión normal para el proceso de transformación que ha comenzado”.
– ¿Cuáles serán las tareas que deberá enfrentar?
“Hay varias funciones que tienen que ver con la efectiva y eficiente implementación del Protocolo para Prevenir, Corregir y Sancionar el Acoso, Discriminación, Hostigamiento y Violencia de Género (Decreto Exento N°88/2019). Pero también hay otras que están relacionadas con generar instancias de educación para los distintos estamentos de la comunidad universitaria. Además, participar en la coordinación y colaboración que existe a nivel nacional y regional, además de otras relevantes funciones que se encuentran detalladas en la Decreto que crea la Dirección”. (Decreto Exento N° 0550/2019)
LIBRE DE VIOLENCIA
–Considerando que cuenta con la especialidad en derechos humanos ¿cómo se relaciona el concepto de género?
“La relación entre derechos humanos y género es fundamental. Cuando los derechos surgen, en el tránsito a la modernidad, estos se planteaban de un modo universal y abstracto: “Los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, señalaba el artículo 1 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Pero, sabíamos que eso en la realidad no era así. Los derechos realmente se reconocían para los hombres y no cualquiera, sino que solo los que tenían una determinada clase social. Con el proceso de generalización de los derechos, estos comienzan a buscar un correlato fáctico, una igualdad material y no solo formal, este proceso puede verse con bastante claridad en la evolución de la noción de ciudadanía, por ejemplo, en derechos como el sufragio. También el género aparece como un criterio de especificación de los derechos humanos. Acá podemos ubicar el reconocimiento de derechos nuevos como los derechos sexuales y reproductivos. Finalmente, el derecho humano a la igualdad y no discriminación, ha generado reconocimiento y protección específicas para las personas que pertenecen a grupos históricamente discriminados, como mujeres y personas no binarias, por lo que la relación entre género y derechos es importante, ya que los diversos sistemas de protección de derechos humanos han considerado especialmente a las mujeres como sujeto de especial protección y nos aportan marcos normativos relevantes para avanzar en nuestro trabajo. Junto a ello, los derechos son parte del repertorio discursivo con el que se argumentan las exigencias de justicia para una sociedad libre de violencia y discriminación”.
-¿Qué mensaje entrega a la comunidad universitaria, especialmente para quienes tienen altas expectativas sobre el rol de esta dirección?
“Me siento honrada de asumir la Dirección. Pido a la comunidad universitaria que confíe en la seriedad del proceso que se está viviendo y que estaremos trabajando sin pausas en echar a andar la Dirección, así como en generar una serie de encuentros con el objetivo de conocernos. Esto me facilitará comenzar a comprender, en detalle, la situación actual de los diversos estamentos de la universidad, cuestión esencial para diseñar una estrategia que nos permita alcanzar los objetivos del cargo”.
– Finalmente ¿Qué entiende por equidad de género?, ¿cómo se expresa al interior de las universidades?
“Básicamente, lo asumo como una cuestión de justicia y de necesidad democrática, que advierte la irracionalidad de las diferencias de trato para mujeres, hombres y personas no binarias. En otras palabras, es injusto que seamos víctimas de violencia y/o discriminaciones en razón de género, sexo, identidad de género y/u orientación sexual. Cada vez que ello se produce, hay una afectación individual, pero también colectiva, pues el reconocimiento y valoración de las diferencias es una cuestión positiva y necesaria para la democracia. Al interior de las universidades se reproducen desigualdades que están presentes en la sociedad. Algunas de ellas son visibles y directas, pero también hay una serie de prácticas que dan cuenta de discriminación indirecta, aquella que no es tan visible. Hay estudios que aportan datos cualitativos y cuantitativos sobre las brechas de desigualdad en los diversos estamentos de las universidades y parte importante de la primera etapa de nuestro trabajo consistirá en levantar evidencia objetiva para tener un diagnóstico institucional sobre las desigualdades que nos afectan”.
Correo institucional: ana.timm@upla.cl