La posibilidad de que algunos animales sean capaces de imitar lo que hacen otros y gracias a esta capacidad generen tradiciones culturales propias, es una cuestión muy debatida en el ámbito de la psicología y la biología, ya que representarían una forma compleja de aprendizaje social. Esta conducta intentó averiguar un grupo internacional de científicos, encabezado por el académico de la Universidad de Playa Ancha, José Zamorano Abramson, en las ballenas belugas -conocidas por su color blanco-, que habitan las costas del Océano Ártico.
“En este trabajo hemos aportado evidencia empírica sobre la capacidad de estos cetáceos para copiar y aprender conductas motoras, mediante la mímica o imitación de acciones ejecutadas entre dos o más belugas”, es decir, imitarse entre ellas, dijo el académico que trabajó con colegas de las universidades Católica (PUC) y Complutense de Madrid (UCM).
“Encontramos que la primera beluga que estudiamos fue capaz de aprender la señal “has lo que el otro hace”, lo cual constituye la primera evidencia de imitación contextual de movimientos del espécimen. Colectivamente estos hallazgos ponen de relieve que los cetáceos parecen poseer una habilidad natural para copiar los sonidos y los movimientos corporales demostrados por miembros de la misma especie. Esta habilidad tendría un gran valor adaptativo en muchos contextos como son los de la caza cooperativa, las tácticas de defensa y las estrategias de formación de alianzas que han sido documentadas en sus hábitats naturales”, explicó el autor del documento publicado en la prestigiosa revista científica Plos One.
El análisis, relata el artículo, fue llevado a cabo gracias al entrenamiento de una ballena para copiar tres comportamientos familiares. Luego este ejemplar fue probado por su habilidad para generalizar la instrucción frente a un grupo. La beluga que recibió las instrucciones fue capaz de reproducirlas con una alta precisión el 84% de las veces.
La investigación, además, sustentó el principio de que las belugas, al igual que los delfines, las orcas, los perros y los simios antropomorfos, pueden ser entrenados para imitar acciones al interior de sus grupos naturales.
Los resultados obtenidos en el estudio permitirán establecer conjeturas sobre la evolución humana mediante la comparación de otro grupo animal: “Podremos comparar respuestas a problemáticas eco-sociales que habrían favorecido la evolución de la capacidad de innovar el repertorio de acciones, a través de la imitación de lo que hacen otros individuos más experimentados de la especie”, afirmó el psicólogo.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso, página 16, publicado el 8 de agosto de 2017.