El Premio Nacional de Educación 2015, Dr. Iván Núñez Prieto, arribó a la Universidad de Playa Ancha para celebrar el Día del Profesor junto a los académicos de la Facultad de Ciencias de la Educación.
Y lo hizo exponiendo sobre “Reformas educacionales de ayer y de hoy: Comentarios críticos de un historiador y ciudadano”, tema que ha sido la dedicación de su vida al contribuir al diseño de importantes políticas públicas y a la formación de nuevas generaciones de historiadores de la educación chilena.
En su recorrido por más de 60 años de trabajo en favor de la educación pública y el desarrollo docente, el profesor de Historia y Geografía y Educación Cívica de la Universidad de Chile, asumió la Superintendencia de Educación Pública durante el gobierno del Presidente Salvador Allende, posibilitando la materialización de la reforma curricular, que se inició en el gobierno de Eduardo Frei Montalva y propició una reforma curricular que integró la educación general y la educación para el trabajo.
Con el regreso de la democracia fue representante del Presidente de la República en la Junta Directiva de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, UMCE. También asesoró al Ministerio de Educación desde el 90′ hasta 2008 en diversas comisiones y programas, asumiendo un rol protagónico en la elaboración de varios proyectos de ley: Estatuto de la Profesión Docente; Reforma Constitucional que estableció los 12 años de educación obligatoria; normas legales sobre Evaluación del Desempeño Profesional de los Docentes; Asignación de Excelencia Pedagógica; y Red Maestros de Maestros.
A sus 83 años está dedicado a reconstruir la memoria histórica de la educación republicana, con lo que él dice está aportando a la recuperación del alma de la educación pública.
¿Cómo se logra recuperar el alma de la educación pública y reivindicar su vinculación con el desarrollo de lo mejor de la República, a la que siempre estuvo ligada?
“Difícil tarea. Tiene que ser el resultado de diversos actores que se jueguen por lograrlo, entre ellos los profesores. Deben entender que mucho más allá de las insuficiencias del Estado hacia los maestros y de las vicisitudes del salario, hay una causa mayor que es la supervivencia de la educación pública, aunque buena parte de ellos trabajen hoy en la educación privada. Debe ser parte del ethos de la profesión entender que la educación es un bien público y hay que jugarse por conservar ese carácter. Eso en parte, es responsabilidad de los profesores, que debieran hacerse cargo de una tradición.
Habría también que recoger y refinar el sentir de los estudiantes secundarios y universitarios, que han descubierto esta vinculación. Lograr que su compromiso con la educación pública no sea tan intransigente y sepan navegar en aguas tortuosas. Las universidades, los medios de comunicación, los generadores de conocimientos sobre la educación deben, igualmente, hacer su aporte”.
Ud. afirmó que hoy en Chile el ejercicio de la enseñanza tiene mucho de “semiprofesión”. ¿En qué aspectos se observa aquello?
“En la sociología de las profesiones está establecido este concepto para señalar a algunas de las profesiones que, en la época contemporánea, desgraciadamente, teniendo una base de conocimientos, capacidades o destrezas superiores, quienes las ejercitan no tienen suficiente autonomía, dependen de otros, o están insertos en estructuras que los obligan a comportarse como técnicos ejecutores, y no como profesionales autónomos. En el contexto de culturas machistas como la nuestra, las profesiones feminizadas tienden también a ser semiprofesiones y, el profesorado en nuestro país, en parte, posee ese carácter dada la alta participación de la mujer en él”.
¿Y el Proyecto de Carrera Docente que se discutirá en el Senado, cree que le otorgará el rango de real profesión que Ud. dice le falta?
“Es un paso significativo el que se ha dado. Pero habría que ver todavía si ayuda efectivamente al desarrollo profesional de los docentes. No sé si esta demanda de autonomía que yo reclamo se resuelva solo por tener la carrera. Esta autonomía hay que conquistarla en la escuela misma, en una reestructuración del funcionamiento y de las prácticas educacionales, que tiendan a la colegialidad de los docentes en la misma escuela, y no dependa de las estructuras, del municipio o de autoridades locales”.
¿El nuevo trato que propone el proyecto a los profesores chilenos, garantizará una educación de calidad para las nuevas generaciones?
“Es un paso necesario. Había un eslabón perdido que se tenía que recuperar. Por sí solo no lo logrará. Esta propuesta tiene que ir acompañada de otros procesos, ciertamente”.
¿Y hacia dónde cree Ud. debiera apuntar la formación de profesores en nuestro país?
“Es difícil generalizar con respecto a la formación de profesores, porque he encontrado mucha heterogeneidad en ella. Las hay de distintos tipos y calidades, entonces no es fácil dar con una fórmula. En primer lugar hay que consolidar y darle su verdadero significado, que sea una profesión aprendida inicialmente en universidades. La universidad es el espacio natural y deseable de la formación docente. Hay instituciones de educación superior de baja calidad en que la formación docente no tiene el espacio significativo como para responder a los anhelos de ahora. Se debe encontrar el equilibrio entre la formación relativa a los contenidos de las disciplinas que han de enseñarse y la formación pedagógica, regla de oro que hay que buscar”.
El historiador Alfredo Jocelyn Holt señaló que la Reforma Educacional apunta a una propuesta de universidad sectaria, popular y no nacional, a la que ingresarán estudiantes que no cuentan con las competencias necesarias. ¿Qué opina al respecto?
“Hay ya en las universidades de hoy estudiantes que no cuentan con las competencias necesarias. Se está avanzando en materia de exigencias, acreditación y requisitos para que las casas de estudios superiores que se acojan a la gratuidad como derecho, sean adecuadamente financiadas y equipadas para ese efecto. No veo por dónde vayan a ser peores que lo que tenemos hoy día. Discrepo de la opinión del señor Holt”.
¿La gratuidad en la educación superior que se anunció para 2016, piensa Ud. que es un retroceso, que terminará con la selección y la meritocracia?
“Por mi formación y experiencia como historiador sé distinguir entre la coyuntura de un momento determinado y procesos más largos. Estos arreglos son para ese año. Tengo plena confianza que una política o una solución más larga es la que importa. Entonces, pase lo que pase el próximo año, lo que importa es lo que viene más adelante”.