Entre los años 2013 y 2014, la Dra. Francisca Bernal y la magíster Monserrat Rodríguez de la Universidad de Playa Ancha, se dieron a la tarea de diagnosticar e intervenir funciones ejecutivas en niños y niñas de primero básico.
Bernal, investigadora principal, junto a Rodríguez, su coinvestigadora, al alero de Convenio de Desempeño en Formación de Profesores, evaluaron y estimularon tempranamente las habilidades mentales superiores de escolares de primero básico, con el fin de evidenciar impactos en sus funciones ejecutivas y en el rendimiento.
“Las funciones ejecutivas son funciones cerebrales necesarias para planificar, organizar, revisar, guiar y evaluar el comportamiento requerido para alcanzar metas como el aprendizaje. Son fundamentales, porque permiten autorregular el comportamiento en pro de un objetivo y llevarlo a cabo eficientemente”, explica la Dra. Francisca Bernal.
Dichas funciones comienzan a desarrollarse con fuerte énfasis entre los 4 y 6 años de edad, identificando en ellas tres áreas: la flexibilidad cognitiva, relacionada con ser capaz de intercambiar puntos de vista; el control inhibitorio, autorregulación conductual; y la planificación.
En terreno
Los estudiantes de primero básico de la Escuela Naciones Unidas de Playa Ancha fueron el objeto de estudio de las investigadoras. Durante tres meses, un educador diferencial trabajó en aula con los niños y sus profesores.
“Se intervino en planificación, regulación de comportamiento (que los niños piensen antes de actuar); orden, atención, inhibición y memoria operativa”, precisa Bernal.
Se apuntó a estimular los tres circuitos que se utilizan en la intervención de funciones ejecutivas: el cognitivo (proceso de reflexión), el emocional (autorregulación, control inhibitorio); y psicomotor (influencia del movimiento).
Mediante test neurosicológicos midieron las funciones ejecutivas de los niños a quienes se estimularon estas habilidades, y también a quienes no.
“Además, entregamos competencias a los docentes, porque no basta con hacer una intervención aislada, la idea es que integren esta estimulación en sus prácticas habituales dentro del aula”, manifiesta la investigadora principal.
Resultados y aportes
Las profesionales señalaron que los resultados fueron positivos, en cuanto a lo proyectado. El grupo experimental tuvo un mejor desarrollo de las funciones ejecutivas, así como un mejor rendimiento, aunque este último no fue muy significativo, porque en primero básico es sensible ese tema.
Bernal manifiesta que el principal aporte de este trabajo, es haber profundizado en una temática que no está muy estudiada en Chile. Para la magíster Monserrat Rodríguez los estudios efectuados fueron una instancia provechosa de indagar en una línea incipiente, con mucho potencial y que podría llevarse a la psicología aplicada.
“Nuestra idea es que con los resultados obtenidos se integren ramos del funcionamiento ejecutivo en el currículo de los futuros profesores de Educación Básica y Parvularia. Sería un plus que los estudiantes de nuestra universidad con tradición en formación pedagógica, contaran con estas herramienta”, concluye la doctora Bernal.