Estudio de académico de la Universidad de Playa Ancha revela que profesores que imparten clases en los primeros años de escolaridad en escuelas públicas, no hacen uso adecuado de la tecnología en sus prácticas cotidianas, aunque no existe oposición a su implementación.
La investigación, que también abarcó a los directivos, se centró en establecimientos educacionales de la Corporación Municipal de Viña del Mar, con una muestra de 115 profesores que imparten educación básica desde primero a cuarto año.
El coordinador docente de Pedagogía en Educación Tecnológica de la Facultad de Arte de la UPLA, Eugenio Tassara, con el respaldo de Convenio de Desempeño en Formación de Profesores, investigó en 2013 y 2014 la “Formación y rol del profesorado para el uso de TIC y nuevos espacios de aprendizaje en escuelas públicas de Viña del Mar”.
“Determinar cuáles son las competencias con que cuentan los docentes para el uso de nuevas herramientas digitales, con el objeto de ver hasta qué punto están preparados y de qué manera están implementando las nuevas tecnologías de información y comunicación en aula, fueron los objetivos del estudio”, precisó el académico Tassara.
En 2011 el Ministerio de Educación puso a disposición de directivos y profesores del país las “Competencias y estándares TIC”, orientado a especificar la relación con las tecnologías en cinco dimensiones que se vinculan a las funciones de su trabajo cotidiano. Lo anterior apuntó a intencionar cambios para impactar en las nuevas generaciones, lo que exigía modificar las prácticas pedagógicas y contar con nuevas competencias.
CLAVE EL PERFECCIONAMIENTO DOCENTE
Tassara explicó que los docentes estudiados mantienen una estructura de clases heredada del siglo pasado, produciéndose un choque entre el mundo analógico y el digital.
“Romper con estos esquemas, explicó, exige al docente tener los conocimientos para hacerlo. Para poder utilizar las herramientas digitales en la sala de clases, mínimamente debe conocer las competencias propias de un docente en esta línea, es decir, cómo debe poner a disposición del estudiante recursos a través del uso de tecnología, con el fin de desarrollar pensamiento divergente y conducir a la formación del ciudadano del siglo XXI”.
El estudio midió competencias pedagógicas, técnicas, de gestión, y social-ético-legal. Consideró, además, la correlación entre el nivel de formación del profesor, el espacio temporal en que se formó y el perfeccionamiento continuo, observándose que los docentes en la etapa de formación, logran un manejo adecuado de Word, Excel, Powerpoint y búsqueda de información en la web, preferentemente para trabajos administrativos, sin embargo, no tienen un uso efectivo con sus estudiantes en aula.
Los profesores nativo-digitales tienden a acercarse al lenguaje digital, pero son los estudios de postítulo o postgrados en tecnología, los que marcan la diferencia, al contar con los conocimientos para integrar las tecnologías de información desde un punto de vista didáctico y aterrizarlas a la sala de clases.
El académico Eugenio Tassara declaró que el gran aporte de la investigación al área tecnológica es la definición de cinco rangos de competencias docentes necesarias de adquirir -aparte de las pedagógicas y disciplinares- para la incorporación de herramientas digitales en nuevos espacios de aprendizaje: competencias de búsqueda avanzada; de curaduría de información; de edición de audio, imagen y video; para construir tutoriales y competencias para el uso de redes sociales.
“Los resultados obtenidos representan una gran oportunidad para el desarrollo de la universidad, en términos de que los antecedentes recopilados servirán como insumo para el Laboratorio de Apoyo Didáctico (LAD) de la universidad, y para brindar espacios de formación continua, destinados a la adquisición de las competencias mencionadas. De hecho estamos trabajando en una propuesta de Diplomado en Herramientas Digitales para Nuevos Espacios de Aprendizajes”, adelantó el profesional.