Alrededor de 600 personas asistieron a la conferencia ofrecida por el filósofo francés Jacques Rancière, uno de los pensadores más importantes de los últimos años que vino a Valparaíso gracias a la gestión conjunta del Centro de Estudios del Pensamiento Latinoamericano de la Universidad de Playa Ancha y la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso.
La educación fue el tema central de la charla realizada por este profesor de política y estética, quien ha desarrollado su trabajo en torno al mundo obrero, la ideología, la lucha de clases y la igualdad.
El académico de la Universidad de Paris 8 explicó frente a los cientos de asistentes que desde su perspectiva “el único modelo de la dominación que es entonces legítimo es aquel del orden pedagógico, pero justamente este orden pedagógico cubre ahora el conjunto del tejido social. No son únicamente los profesores y los manuales los que explican, son todas nuestras instituciones, nuestros ministerios, la mayoría de comités y comisiones, igualmente los periódicos, las radios y las televisiones que son investidas en esta tarea sin fin de explicarnos todas las cosas, desde las duras obligaciones del mercado mundial hasta diversos hechos criminales, desde las tendencias profundas reveladas por los últimos sondeos de opinión hasta los abismo psicológicos y sociales relevados por el mínimo fenómeno de sociedad”.
Rancière sostuvo que los Estados y las organizaciones crean instituciones y procedimientos para generar una armonía imaginaria entre el tiempo de la economía, el tiempo de las instituciones y el tiempo vivido por los individuos, una adecuación ficcional entre el tiempo del proceso económico global y el tiempo de los individuos a través de la adecuación supuesta entre las competencias adquiridas y las oportunidades de empleo que procura su ajustamiento a las formas del crecimiento económico.
A lo anterior agregó que, sin embargo, “estas oportunidades de empleo son determinadas por los juegos de la especulación financiera mucho más que por los avances de la ciencia o de la tecnología pero, precisamente, menos la realidad del mercado verifica esta concordancia de los tiempos, más la institución escolar y universitaria está encargada de encarnar esta ficción, e incapaz de abrir a los estudiantes las puertas de la empresa, la universidad es obligada a concebirse a ella misma como una empresa que obedece a las reglas del management. En estas condiciones es verdad que la idea de la emancipación es hoy día, a la vez, más urgente que nunca en su principio y más improbable que nunca en cuanto a las vías de su realización”.
El pensador francés habló también sobre el rol de los medios de comunicación y analizó la vinculación entre educación y los movimientos sociales que han surgido en el mundo los últimos años. Al respecto sostuvo que “el gran número de los diplomados sin trabajo que ha participado de estos movimientos ha puesto en evidencia la mentira de la concordancia entre el tiempo de la educación y aquel del mercado. Ha mostrado la generalización de una condición precaria común a los trabajadores sin calificación y a los diplomados sobrecalificados”.
Al referirse a la mayor tarea intelectual del mundo actual, Rancière planteó que los fundamental es des-explicar, es decir, “deshacer el velo que el sistema explicador pone sobre toda cosa simple, ponerla en el circuito de la percepción y de la inteligencia de todos e, inversamente, volver a ponerlas en su opacidad en su ausencia de evidencia a estos modos de percepción y a estos sistemas de argumentación que pretenden aclarar los hechos, es decir, ponerles una luz única”.
Aseguró que la emancipación intelectual nos recuerda algunas verdades incómodas y que el pensamiento de la emancipación enseña que “la igualdad y la inequidad son siempre anudadas en conjunto y el problema es saber cómo hacer inclinar la balanza. Nada impide a aquellos que hacen funcionar la institución aflojar los nudos a los cuales la lógica del Estado y del capital la obliga, y de abrir ahí las temporalidades, los espacios, los caminos que dan a la emancipación intelectual la posibilidad de pasar a través de las mallas de las lógicas explicativas”.
Al final de la exposición Jacques Rancière dio respuesta a una serie de preguntas formuladas por los asistentes que acudieron a la conferencia ofrecida por uno de los filósofos más importantes de los últimos tiempos.
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