“Las palabras parecen vacías cuando no existe en ellas un correlato de contenidos, relato ni sentido. Nuestro país viene pronunciando las palabras equidad y calidad desde hace muchos años como términos obligados ligados a la educación.
“Sin embargo, ninguna de las dos expresiones tenía profundidad, proyección de futuro y menos daban cuenta de la realidad del país.
“Es esperanzador que con motivo de las movilizaciones estudiantiles se haya puesto en la retina de los chilenos que ambas expresiones eran deseos frustrados o realizaciones incompletas o promesas incumplidas, que al fin de cuentas causaron una honda frustración en muchos miles de personas que veían cómo se profundizaban las desigualdades de los hijos de esta tierra y de qué manera el país de las oportunidades se transformaba poco a poco en el país de las inequidades.
“El esfuerzo inmenso que ha hecho la familia chilena y, especialmente, los más desfavorecidos y la clase media para educar a sus hijos, ha constituido una carga insoportable y extenuante.
“En estos años ha habido resignación para soportar la inequidad del modelo de educación que agudiza diferencias y genera climas de insatisfacción que se expresan día a día. Todo ello debe hacernos meditar profundamente. No es posible que una persona con talento se frustre y no se realice.
“Las medidas que se adopten para dar un giro profundo en este tema, son hoy una obligación de todos. Los esfuerzos y sacrificios que hagamos como sociedad para construir un país más justo e inclusivo en educación, serán agradecidos por hijos y nietos de nuestra patria, será parte también de la construcción de un país más solidario y que avanza en un clima de paz y armonía, tan necesario también para su desarrollo.
“Es la oportunidad de pensar y actuar con grandeza, es el momento para que el mundo político se reivindique ante la sociedad, se acerque a los problemas de las personas, reponga su estatus, su prestigio y reconocimiento social como intérprete de los sentimientos de las personas.
“Calidad y equidad significa que la educación debe tener un nivel de excelencia en todos quienes prestan un servicio tan primordial, fundamental para la sociedad como es la educación.
“Especialmente el Estado debe comprometerse a que sus instituciones sean verdaderos referentes de calidad y equidad y que todos, cualquiera sea su condición social, económica, cultural, sin discriminación de ninguna especie, reciban educación de calidad.
“Hemos constatado avances importantes en los temas que nos preocupan a todos, quedan temas pendientes por debatir, estudiar y resolver.
“En esta etapa debemos inspirarnos en principios valóricos, ya que estamos llamados a pensar y actuar con grandeza, haciéndonos responsables de que estamos construyendo políticas de Estado”.
Patricio Sanhueza Vivanco
Rector
Universidad de Playa Ancha