Transcurría el 26 de marzo de 2009 cuando en un acto solemne en el Campus San Felipe, el rector de la Universidad de Playa Ancha, Patricio Sanhueza Vivanco, daba a conocer a la comunidad del Valle del Aconcagua el interés de la UPLA por fomentar el desarrollo minero de la zona.
Al anuncio lo siguieron hitos tales como la asociación público-privada con empresas del rubro como Minera Andina y Anglo American; acuerdos de cooperación con liceos, municipalidades y oficinas de gobierno ligadas tanto a esta línea productiva como al cuidado medioambiental. Posteriormente, en marzo de 2010 se comienzan a impartir dos programas, dictados por el Instituto Tecnológico Universidad de Playa Ancha Ignacio Domeyko, conducentes a los títulos técnicos en Minería y en Gestión Ambiental mención Minería.
Para el Vicerrector del Campus, Óscar Valenzuela Vásquez, “la Universidad de Playa Ancha anticipándose a los actuales requerimientos de técnicos especializados en el área minera abrió estas carreras pensando en la formación y capacitación de quienes trabajan en faenas mineras así como también para quienes se proyecten en ello”.
Por lo mismo, destaca que “si bien es cierto las carreras empezaron recién este año, han tenido una respuesta importante no sólo de estudiantes de la zona, sino de distintas partes del país”.
El Vicerrector de Desarrollo de la UPLA, Luis Bork Vega, precursor de la apertura de estos programas denota que “Chile necesita 12 mil técnicos en minería por el desarrollo minero que tiene el país, y estamos muy lejos de alcanzar esa cifra. Saber que gran parte de esta actividad se desarrolla en la región, y de los temas que en relación a este quehacer hoy están hablando los medios de comunicación, nos invita a seguir trabajando para incrementar aún más lo que hoy día estamos realizando en el área minera”.
Desarrollos sociales, culturales y económicos asociados al auge del Valle del Aconcagua son proyectados por Luis Bork: “Avizoramos un proceso concatenado de migraciones tanto a la comuna de San Felipe como a los lugares aledaños; nuevas inversiones, asociadas a la generación de un clúster minero que generará ciertamente nuevas condiciones de riqueza y, por lo mismo, una fuente de atracción humana que requerirá espacios de formación como nuestro campus”.