Contribuir al mejoramiento de los procesos formativos, incrementando gradual y sistemáticamente, los índices de efectividad pedagógica mediante la articulación de diversos programas, es uno de los principales objetivos de la Unidad de Acceso, Inclusión y Permanencia Universitaria (UAIP) creada en mayo de este año y que dirige la Dra. Bianca Dapelo Pellerano.
La nueva unidad, que depende de la Vicerrectoría Académica, procura otorgar igualdad en el acceso y acompañamiento permanente a los estudiantes durante su trayectoria formativa, enfatizando su formación integral en un contexto de inclusión, diversidad y desarrollo del talento.
De los alcances de este trabajo conversamos con quien ideó y lidera esta propuesta, la Dra. Dapelo.
-¿Qué importancia le da Ud. que se institucionalice una unidad que basa su accionar en la inclusión, acceso y permanencia de los estudiantes?
“Creo que es fundamental para el desarrollo sustentable de una universidad que está comprometida con la inclusión y que lo ha declarado desde su misión y visión porque gradualmente va generando una estructura de oportunidades cada vez más diversificada para apoyar los procesos de desarrollo educativo y sociolaboral de los estudiantes”.
-¿Cómo procuran alcanzar ese objetivo?
“Esta unidad viene a incorporar lecciones aprendidas de distintos programas que surgieron con proyectos financiados por el Ministerio de Educación. Esa trayectoria nos permite identificar ciertas estrategias exitosas que mantenemos como el Taller de Desarrollo de Habilidades para la vida universitaria de Univelación o el estudio sistemático de indicadores de eficacia pedagógica que se amplía del área de la Matemática a la Química o Anatomía, de acuerdo a los requerimientos de asignaturas claves de carreras prioritarias que hemos identificado, según indicadores de aprobación, retención, satisfacción de los estudiantes y titulación oportuna.
De esta manera, se fortalece no solo la articulación de estos programas sino que también la relación con las unidades académicas de la universidad. Ese es otro cambio, la unidad se compromete a favorecer un trabajo colaborativo en pos de la formación integral de nuestros estudiantes, que es una tarea de todos. Desde esa perspectiva, es una tarea que sistemáticamente tenemos que abordar, enfrentar y hacernos cargo”.
-¿De qué forma lo abordan y se hacen cargo?
“Estamos articulando acciones que nacen al alero de los programas de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE) y de Talento que ofrecen posibilidades de desarrollo a estudiantes de enseñanza media, profesionales, directivos, profesores del sistema y que también involucran a las familias de los jóvenes. Además nos vinculamos con la Dirección de Admisión y Selección de Alumnos con quienes desarrollamos actividades de inducción a la profesión que acerca a los estudiantes a cada carrera. Estos recursos institucionales, estas fortalezas, son la base para generar sinergias mucho más potentes y positivas.
En el caso de Inclusión estamos trabajando directamente con las carreras de la Facultad de Ciencias de la Salud, específicamente con los laboratorios de Terapia Ocupacional, Kinesiología y Fonoaudiología, además de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial con el objetivo de generar opciones para que los chicos y chicas en situación de discapacidad se desarrollen, hagan uso de estos beneficios y se dignifiquen a través de esta interacción.
Por otra parte, esperamos que los estudiantes en práctica de estas carreras cambien su mentalidad frente a personas en situación de discapacidad y se dé una relación de valoración mutua que genere el cambio cultural que necesitamos.
En esa línea estamos avanzando en el diseño e implementación de un programa de deporte inclusivo que es uno de los hitos del Plan de Fortalecimiento que la universidad se ha adjudicado. En él trabaja la Unidad de Inclusión, la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con la carrera de Tecnología en Deportes y Recreación y la Dirección de Deporte y Recreación y se espera que se ejecute un piloto el próximo semestre. La idea es que coparticipen y compartan a través del deporte estudiantes, funcionarios, académicos como comunidad, en diversidad. La meta no es un desarrollo competitivo, es una instancia de encuentro en que podamos visualizar nuestras diferencias sin temor y ser comunidad diversa.
También estamos avanzando en el diseño de un programa de desarrollo de competencias vocacionales y de preparación prelaboral para los estudiantes en situación de discapacidad y se está postulando al Fondo Nacional de Proyectos Inclusivos (Fonapi), porque somos conscientes que es un área que requiere de mayores fortalezas”.
-Considerando que el fuerte de la UAIP es el trabajo colaborativo, ¿con qué unidades se han vinculado para avanzar en la concreción de estas iniciativas?
“En el área de orientación vocacional nos hemos acercado al equipo de Orientación de la Facultad de Ciencias de la Educación. Esperamos contribuir a ser una universidad realmente abierta a la diversidad, con responsabilidad, porque tenemos muchos desafíos que nos involucra respecto a la formación de nuestros estudiantes.
Hay una propuesta de curso en formación de facilitadores de aprendizajes inclusivos que comenzará como piloto el segundo semestre incorporando la experiencia de Univelación, Inclusión y de tutor par de PACE. Estamos en el diseño y validación de la propuesta para contribuir a la formación de estudiantes de carreras prioritarias del área disciplinar y pedagógica. Será abierto a todo estudiante que quiera apoyar a otro, facilitando su aprendizaje como tutor en grupo pequeños.
Esperamos que esto sea parte de un programa de diplomado, de tal manera que el estudiante que se titula de la Universidad de Playa Ancha además tenga un diploma en facilitación de aprendizajes inclusivos que le dé un valor adicional a su formación profesional y que le entregue herramientas, le ayude a reflexionar, a repensar su mirada en un mundo diverso y que facilite su ejercicio profesional para trabajar con equipos diversos y comprender al otro en ámbitos de diversidad sensorial, cognitiva, social, de género y cultural. Esperamos el próximo año consolidar estos proyectos”.
-¿Cuál es el rol de los estudiantes en estas propuestas?
“El programa de facilitación surge porque nuestra apuesta ha sido siempre confiar en el potencial diverso de nuestros estudiantes. Hemos creído en ellos y vemos los cambios en talleres y tutorías.
Un rol importante tienen los profesores, con quienes se establece un acuerdo programático de tal manera que las acciones desarrolladas para acompañar al estudiante en su proceso estén en sintonía con los requerimientos de la asignatura. Creemos que de este modo vamos a lograr incrementar la calidad del aprendizaje de los estudiantes, que se traduce en mejor promedio en la asignatura, mayor satisfacción y por lo tanto permanencia.
Así la UAIP consolida y fortalece la participación de nuestros estudiantes en los diversos programas, pero también apuesta por iniciativas que surgen de ellos porque a partir de su experiencia determinan qué es lo que deben hacer para ayudar a sus compañeros.
De ahí surge esta responsabilidad social de levantar esta experiencia y sistematizarla en un programa que otorgue creditaje, de formación de facilitadores, y que culmine en un diplomado para entregar un valor agregado a la formación del estudiante”.
-¿Qué sentido tiene para usted que la Universidad de Playa Ancha asuma estos desafíos cuando cumple 70 años?
“Es un momento muy oportuno, cumplir 70 años involucra cierto nivel de madurez y al mismo tiempo desafíos de consolidación y apuestas a la renovación de la universidad, que vayan de la mano con el análisis crítico, la reflexión y sobre todo con despojarse para entregar, es decir, poder gestionar el talento.
La universidad tiene talento diverso, pero nos falta aproximarnos los unos con los otros, desde los recursos que tenemos cada uno (estudiantes, funcionarios y académicos), para coconstruir una universidad que ilumine, que inspire el desarrollo societal más justo desde la diversidad, con la diversidad y para la diversidad.
El paradigma de la diversidad es el más pertinente para abordar los requerimientos de desarrollo que tenemos como sociedad. Hemos avanzado en conceptos de equidad, pero el atender la diversidad requiere repensar a la universidad desde la diversidad,de tal manera de eliminar las barreras.
Es un tremendo desafío que debemos abordar desde un análisis crítico, reconociendo cuales son nuestras creencias, nuestros valores y nuestros sistemas de intercambio social. Tenemos que avanzar en la visión de género que significa un enorme esfuerzo que todos debemos hacer, pensando en que todos son necesarios y que todos tienen talento para contribuir y ser un aporte a la sociedad. Esa mirada nos hará crear una universidad más diversa”.