La contribución de las universidades estatales

En las últimas décadas, las transformaciones mundiales han obligado a las universidades a transitar en su rol social y adoptar la llamada “tercera misión”. Tradicionalmente, concentraban sus actividades en dos áreas fundamentales: docencia e investigación. En la actualidad es impensable concebir una universidad sin considerar su contribución al desarrollo del territorio que la acoge.

La generación, uso, aplicación y explotación del conocimiento científico y tecnológico ha llevado a las universidades a convertirse en actores decisivos de los procesos económicos regionales a través de una vinculación estrecha con otros actores de su entorno. Al mismo tiempo, como agentes de transformación han asumido en su asociatividad con el entorno una función social relacionada con el desarrollo humano de los territorios y la consecución de estrategias comunes orientadas a mejorar el bienestar general de las personas.

En Chile, las universidades estatales cumplen ese rol. Contribuyen al debate nacional con propuestas concretas en consideración a la naturaleza de su función pública, los valores que representan y por su incidencia en el proceso formativo. Como entidades pluralistas y comprometidas con la democracia, las universidades estatales representan una postura frente a las transformaciones que el sistema de educación superior requiere. Son referentes en cuanto a valores como libertad académica, pluralismo, diversidad, tolerancia, equidad, e inclusión. Por su naturaleza jurídica, tienen la misión de contribuir al desarrollo nacional y regional a través de la creación y difusión de conocimiento avanzado y la formación de capital humano.

Garantizan la provisión de bienes públicos y aumentan el patrimonio del Estado por su capacidad de autofinanciamiento. Colaboran, igualmente, con la aplicación de políticas públicas y la ejecución de proyectos que fortalecen los procesos democráticos y aportan en el desarrollo de las humanidades, las artes y la preservación y generación de la cultura. Su rol público, si bien no es privativo, sí es un mandato ineludible para estas instituciones, lo que las constituye en un referente social y una voz respecto de la educación que el país necesita y de los niveles de calidad requeridos.

Es por ello que el anuncio de la ministra respecto de generar una ley específica para las universidades estatales no es menor. En un sistema que había privilegiado el mercado y el endeudamiento del estudiante, se están dando claras señales de que se reconoce la contribución de las universidades del Estado al desarrollo del país y sus regiones.

 

Óscar Garrido Álvarez, rector
Universidad de Los Lagos

 

Columna publicada en El Austral de Osorno, miércoles 15 de marzo.

http://www.australosorno.cl/impresa/2017/03/15/full/cuerpo-principal/8/

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