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Más de 200 estudiantes de Valparaíso, Quilpué y Viña del Mar participaron en los ocho talleres que se realizaron en el marco de las Escuelas Deportivas, que el Club de Deportes y Recreación de la Universidad de Playa Ancha abrió a la comunidad.
La ceremonia de premiación y clausura se realizó en el gimnasio principal de la UPLA, donde cada rama deportiva (fútbol, tenis de mesa, básquetbol, acondicionamiento físico, taekwondo, gimnasia artística y voleibol) hizo una demostración de lo realizado durante el año, de la mano de los profesores que estuvieron a cargo de las Escuelas Deportivas.
Posteriormente, se reconoció a todos los alumnos que fueron parte de esta iniciativa, que la Universidad de Playa Ancha realiza desde el 2013, siendo pioneros en la Región de Valparaíso.
Boris González López, director general de Vinculación con el Medio, planteó que “lo más relevante es el interés que posee la UPLA en llevar adelante su filosofía corporativa, que permite poder plasmar los valores públicos en el territorio, como es el caso de las Escuelas Deportivas, con el objetivo de abrir conocimientos y una serie de posibilidades a los niños que son parte de la iniciativa. Vamos a enseñar, pero también vamos aprender mucho de ellos. Sin duda, es una experiencia esencial que esperamos potenciar mucho más a partir de 2015”.
Héctor Guzmán Ojeda, director del Club de Deportes y Recreación, realizó una evaluación positiva del proyecto, resaltando el trabajo en conjunto realizado con los profesores, que fue algo fundamental para cumplir las metas trazadas.
“El 2013 teníamos tres escuelas deportivas solo de Playa Ancha. Este año incorporamos a los colegios María Luisa Bombal de Valparaíso, Cardenal Silva Henríquez en Viña del Mar y Darío Salas, lo que ha significado un crecimiento importante de estudiantes y de apoderados, llegando a un total de 200 adherentes, con un gran impacto en la comunidad”.
Guzmán resaltó el impacto que ha tenido las Escuelas Deportivas, no solo a los alumnos de los colegios beneficiados, sino a los estudiantes de nuestra universidad que han presentado importantes propuestas para crear diferentes escuelas para el año 2015:
Agregó que la UPLA tiene un compromiso social importante, “al ser una universidad estatal y pública nos hace ser referentes en actividad física del deporte y la recreación, logrando crear oportunidades para nuestra comunidad, entregando a través del deporte valores y conceptos que genera la educación. Esperamos que el 2015 sea igual de exitoso que este, donde la vinculación con el medio a través del deporte sea muy positivo”.
Daniel Peña, profesor de la Escuela Deportiva de voleibol del colegio Cardenal Raúl Silva Henríquez de Viña del Mar, manifestó su alegría porque pudo realizar la metodología de trabajo planificada. “Además tuve una muy buena asistencia, tanto de básica como de media, abarcando a muchos estudiantes que no tenían acceso a este deporte. Se pudo dar esta instancia y extenderlo para el próximo año”.
Peña añadió que “es importante el trabajo que realiza esta universidad porque genera docentes con una visión amplia de lo que es el sistema educacional, las herramientas que te entregan son aptas para cualquier medio y en ese sentido la UPLA nos ha entregado ese espacio que se pudo reflejar con estos talleres y que seguramente se van a ir extendiendo con el tiempo”.
En tanto, Marlene Bonvallet, profesora del taller de Acondicionamiento Físico, dirigido para los apoderados del colegio Darío Salas de Quilpué, destacó los beneficios conseguidos en los padres: “El hecho que puedan hacer actividad física en su barrio, para ellos es impagable. Se sienten apoyados y que la universidad está abierta para ellos. Sienten que participar en este taller les permitió tener un desarrollo personal en el área motora, también en la parte intelectual, sintieron que pueden ser capaces de ser mejores cuidadoras como madres de sus niños”.
Viviana Jiménez, profesora del taller de básquetbol del colegio María Luisa Bombal, recalcó que como seleccionada de básquetbol de la UPLA quiso traspasar sus conocimientos a los niños, además de inculcar los valores como el respeto, la empatía y la perseverancia. Además agradeció la posibilidad de ser parte de este proyecto. “Soy estudiante de segundo año de la carrera Pedagogía en Educación Física y ha sido una buena instancia para enseñar, me gusta mucho y es una oportunidad notable”.
Paulina Toro, profesora de tenis de mesa en el colegio María Luisa Bombal, dijo: “Trabajamos en un colegio con riesgo social donde es primordial entregar valores a partir del deporte, lo mismo que aprendemos de la universidad con conciencia social. Es mi último año y es un bonito legado que podemos dejar y para nosotros fue un premio trabajar para la universidad, junto al Club de Deportes y Recreación, más la Dirección de Vinculación con el Medio, un trabajo que siempre debemos hacer de manera correcta”.
Álvaro Astudillo, profesor de taekwondo del colegio Darío Salas de Quilpué, destacó el progreso de los niños en cuento a disciplina, “valores que se han entregado e inculcado durante estos días y en la parte técnica aprendieron mucho“.
Benjamín Bastamente, profesor de fútbol Ángeles Custodios de Porvenir Bajo, manifestó su orgullo de representar a la universidad. “Sin duda, ha sido una experiencia inolvidable con niños que están en riesgo social, poco a poco hemos puesto el sello UPLA, hemos generado un cambio en el trato hacia los profesores y entre ellos”.
Marco Urrutia, dirigente vecinal de la Escuela Deportiva de fútbol Ángeles Custodios de Porvenir Bajo, agradeció a la UPLA y a los profesores y manifestó su interés en que esta experiencia siga el 2015, para el beneficio de los niños que lo necesitan, dijo.
En tanto, Hugo Leal, secretario de Ángeles Custodios, expresó: Esta escuela es muy relevante, porque al realizar esta actividad los niños se alejan de las drogas, conocen a más personas, van a otros cerros a participar y los niños aprenden mucho a respetar, ojalá nunca termine esta ayuda valiosa”.
Por último, Miguel Valdés, profesor de gimnasia artística del colegio Darío Salas de Quilpué, destacó que hubo mucho compromiso por parte de sus pupilas y de sus padres. Fue un trabajo fructífero que les permitió desarrollar la potencia y flexibilidad de las niñas. Sumado a eso, las clases sirvieron para que aprendan valores como el respeto entre ellos, la disciplina, el compañerismo y la solidaridad”.
